Aguas
La firma de opinión del crítico cultural Juan Ángel Fernández
'Aguas', la opinión de Juan Ángel Fernández
A la fotógrafa catalana Isabel Muñoz que estos días muestra su arte en Albacete, en el Centro Cultural de la Asunción, los premios le deben llegar como reconocimientos arropados de admiración por exhibir esa manera diferente de pasear su extraordinaria delicadeza, insólita diría yo, a la hora de manejar las profundidades marinas como si lo hiciera sumergida en una piscina entre adolescentes. Isabel, se asocia con un elfo marino con cuerpo de mujer, Ai Futaki, que de oceanos lo sabe todo. Y es en esa unión bajo distancias asombrosas en el agua marina cuando fluye el espectáculos de la luz, del ingenio, del dominio de camaras, objetivos y posados, contraluces, creaciones figuradas de combinaciones insólitas del color y la plasticidad de un ballet imaginado.
A Isabel Muñoz ya le han regalado por su arte fotográfico dos World Press Photo, en 1999 y en 2004; el Premio PHotoEspaña y Medalla al Mérito de las Bellas Artes en 2009, y el Premio Nacional de Fotografía de España 2016 y en absoluto no es de extrañar cuando el Centro Cultural de la Asunción se transforma en un montaje bellisimo, de grandes reproducciones del arte fotográfico en una expresión que conjuga la calidad exagerada jugando con un tratamiento del color que gravitado en un mar descansado, en un oceano revoltoso, en una suerte de danza quieta bajo las aguas, fluye ante la vista perpleja de tanta imaginación e impacto por lo nunca contemplado.
Desde luego, el agua es protagonista, de ahí el título de la muestra: AGUA. Es cierto que el esfuerzo fotográfico y artístico refleja un silencio marino inquebrantable, presentando unos fondos donde el burbujeo marítimo engalana y arropa el resultado óptico, la admiración por un trabajo impecable. La acción se desarrolla en los lejanos y fríos mares de Hokaido en Japón o argumentando los inmensos tanques de agua del Oceanográfico de Valencia, los arrecifes de Coral del Caribe, la medusas bullangueras del norte del Ártico y hasta la Isla de Tabarca, o sea, el Mediterráneo. A Isabel Muñoz todo le abruma y todo le sirve. Hay que ser una apasionada del agua marina para dirigir un ballet minimalista sumergido en las profundidades de tal calibre visual.
El rojo maritimo que Isabel Muñoz regala al espectador no es normal, es una sábana que se retuerce entre burbujas y restos de pompas de agua y ahuecamientos combinados con una oscuridad que sobrecoge. Mientras Ai Futaki sube y baja en la quietud fotográfica la nada es descubierta y reflejada en el instante del disparo de cámara, y lo vemos en la Asunción inmenso, compartiendo la misma sensación con otras descargas similares, haciendo pasillos en la quietud de la sala. El resultado es fantastico, la impresión sorprendente cuando se mezclan siluetas y sedas transparentes entre los recovecos de las rocas marinas. Ai Futaki, la llamada mujer pez, fue la primera en sumergirse 100 metros con aletas y en bajar 90 metros sin ellas. La conjunción y trabajo entre las dos protagonistas de la exhibición fotográfica es magnifica.
Este prodigio sublime seguirá en Albacete hasta el 15 de este mes de junio.
Desde luego es altamente recomendable su contemplación. El mundo de la fotografía artística habrá dado un gran paso en nuestra percepción y valoración de dicha ciencia.