Votar
La firma de opinión de Évelin R. Molano, activista y voluntaria de distintas organizaciones, fundaciones y colectivos en defensa de los Derechos Humanos, Sociales, Económicos, Culturales y Ambientales
'Votar', la opinión de Évelin R. Molano
Al escribir está firma las urnas aún van a medio en Europa con lo que sería precipitado analizar resultados y menos aún índice de participación. También es cierto que llevo 20 años en España, en Europa, desde hace unos cuantos pudiendo ejercer mi derecho al voto, y creo que nunca había visto tanta movilización, campañas y publicidad indicando que nuestro voto importa, que nos jugamos mucho y animando a las personas jóvenes a acudir a las urnas, y no hablo solo de partidos políticos sino de organizaciones sociales y no gubernamentales que también repetían que nuestra voz como ciudadanas y ciudadanos europeos importa.
Cuando no podía votar en España, que era algo que jamás había vivido, me sentía enfadada, creía que era injusto que no pudiera opinar con mi voto sobre como quería que fuera mi vida y las políticas que marcarían mis derechos y obligaciones en el país en el que vivía. En mi familia hemos vivido la democracia con mucha fuerza, recuerdo que mi abuelo recogía a toda la familia para llevarnos a votar, y que cumplidos los 18 años, mi abuelo decía que era de las cosas más importantes que tenía que hacer, leer y entender programas electorales, escuchar propuestas y candidaturas, y luego votar.
No lo recuerdo bien, pero sé que mis abuelos que venían de vivir en el campo, de vivir en medio del dolor y el miedo de un conflicto armado y de haber emigrado a la ciudad, nos contaban que había personas que no podían votar porque les amenazaban con la muerte o que había personas que votaban para poder comer esa semana con lo que “algunos personajes” les pagaban por su voto. Ejercer la democracia en medio de la pobreza y la violencia es casi que un privilegio o una utopía. Dicho esto, ir a votar en mi familia y en mi país ha sido siempre un plan. Lo que no implicaba ni votar a los mismos ni opinar lo mismo, todo lo contrario el debate formaba parte nuestro día a día.
A lo largo de la historia, innumerables personas han luchado por el derecho al voto. Personas de muchos orígenes, incluidas mujeres, comunidades de color, personas con discapacidades y un sinfín de personas más soportaron inmensas dificultades y discriminación para conseguir este derecho fundamental. Siempre es bueno recordar que antes votar era inaccesible para muchas personas y que, aunque los tiempos han cambiado, es importante disfrutar de los resultados tangibles de décadas de lucha. Al ejercer nuestro derecho al voto, honramos su lucha y mostramos gratitud por los avances realizados hacia una sociedad más equitativa e integradora.
Resulta esencial recordar que votar no es sólo hacer oír nuestra voz de forma individual, sino también contribuir a la voz colectiva de nuestra sociedad. Al ejercer nuestro derecho al voto, reforzamos la democracia y garantizamos que todo el mundo tenga la oportunidad de ser escuchado. Nuestro voto puede influir positivamente en el mundo que nos rodea.
No vale la excusa del desencanto político, no vale pensar que todos los dirigentes son iguales, no vale solo con decir que la clase política no está a la altura, no vale. Informarnos es una obligación y votar es un derecho. El índice de participación en Europa dio un salto en 2019, de un 45,47% en 2004 a un 50,66%. Esperemos que esta vez la participación nos sorprenda, y sobre todo la de la juventud.
Seguiremos soñando con una Unión Europea con un marco social fuerte que garantice bienestar para todas las personas sin excepción, sanidad y educación públicas, universales y de calidad; derecho a la alimentación y a la vivienda; derechos laborales y protección social; igualdad de género, lucha contra las violencias machistas y protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Una UE que aborde los efectos de la crisis climática, que luche contra la epidemia de la desinformación, la erosión de las democracias y detenga la regresión de los derechos humanos que estamos viviendo en todo el mundo.
Quizá poco a poco nos encontremos con una Europa mejor, construida a través de nuestro voto y de nuestra voz.
Évelin R. Molano
Colombiana, hija adoptiva de Albacete desde hace...