Las variedades emparentadas con el Tempranillo que mejor resisten el cambio climático

El cambio climático es un problema cada vez más candente y en el campo ya estudian variedades de vid alternativas que resisten mejor la sequía. Dos de estas variedades son la Benedicto y la Moribel, ambas emparentadas con la del Tempranillo, que investigadores del Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha, con sede en Tomelloso, ya han identificado como resistentes al cambio climático.

Se trata de variedades que por la concentración de sus ácidos aportan a los caldos una mayor longevidad en el tiempo y mayor resistencia sin comprometer su rendimiento. "Tienen una concentración de ácidos más alta que el tempranillo y eso le dará una vida más larga a los vinos. Además, tienen un pH más bajo que los hace microbiológicamente más estables", explica Esteban García, director del Ivicam.

Castilla- La Mancha es una de las regiones que más sufre el cambio climático. Las plantas de vid se resienten del estrés hídrico y de los cambios bruscos en las temperaturas sobre todo cuando la uva está en proceso de maduración. Se buscan con estas variedades alternativas que mejoren las prácticas agrarias como la poda, los tratamientos o los riegos con el fin de ajustar el comportamiento de la vid a estos cambios.

El Ivicam también está llevando a cabo estudios con otras 25 variedades en blanco y en tinto. Se trata, explica Esteban, de buscar variedades o clones de esas variedades "que mejor se adapten a este estrés hídrico y térmico".