¡El calor no existe!
Juan José Sanz Cid, Investigador Científico Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC)
¡El calor no existe! - La mirada de Toledo (25/06/2024)
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Toledo
Acabamos de entrar en el verano y sabemos que un tema recurrente en las conversaciones será el calor que hace o que esperemos que no haga, o las distintas olas de calor que tendremos. Lo curioso del tema es que realmente el calor no existe como tal. El calor es una energía de tránsito. Suena un poco extraño pero lo que la ciencia nos ha indicado es que cuando dos cuerpos a distinta temperatura entran en contacto, la temperatura de los dos se iguala. Lo que realmente existe es la temperatura. Cuando un cuerpo a mayor temperatura toca uno que está a menor temperatura, el primero transferirá energía hasta igualar las temperaturas. En resumen, el calor es una sensación y lo que realmente existe es la temperatura. Así puede ser que una persona tenga calor, mientras que otra no y el término al final es una variable del lenguaje.
La naturaleza del calor es tan poco intuitiva que fue uno de los grandes misterios de la física durante siglos. Al principio se pensó que esa transferencia de temperatura debería ser material y se denominó como “sustancia calórica”. En el siglo XVIII se descubrió que el calor no era una sustancia, sino que era energía y en realidad movimiento. Este adelanto permitió después el desarrollo de las leyes de la termodinámica que todos hemos estudiado. Esta energía de la que se obtiene el calor es el movimiento de las moléculas del cuerpo. La velocidad media del movimiento de las moléculas es la temperatura.
Esto es la temperatura, ¡una medida del movimiento promedio de las moléculas! Así, en un vaso de leche caliente, las moléculas se mueven más rápido y por eso es más fácil disolver el azúcar que en un vaso de leche fría, donde las moléculas se mueven más despacio. Ese movimiento que en realidad es la temperatura y depende mucho del volumen de los cuerpos y de la presión. Esto también funciona en la atmósfera y en ella la temperatura se transfiere por radiación, convección, conducción y evaporación.
Este verano tendremos esas olas de calor que todos conocemos. En España una ola de calor se define como una temperatura inusualmente alta durante al menos tres días consecutivos en comparación con las máximas registradas durante un periodo de 30 años entre los meses de julio y agosto. Un estudio de 2017 llegó a la conclusión que un tercio de la población mundial está expuesta a condiciones que propician olas de calor potencialmente mortales (https://acortar.link/DOHf3I).
Es un problema serio para nuestra especie, esté asociado o no al cambio climático. Lo que debemos tener claro en estos meses de verano es que para luchar contra las altas temperaturas debemos hidratarnos bien para ayudar a nuestro organismo a combatir bien el calor y protegernos de otra forma de energía muy peligrosa, la radiación solar en especial de la fracción ultravioleta. Dicho esto, espero que el verano sea bueno para todos y ya sabéis, ¡el calor no existe!