De la "sartén" al "frigorífico" de Castilla-La Mancha: pasar de 6,2 ºC a 44,3ºC en una misma comunidad en verano

Toledo (Toledo)

La Agencia Estatal de Meteorología ha publicado el balance de temperaturas del mes de julio en Castilla-La Mancha. Unos datos que arrojan una diferencia de hasta 38 ºC entre la localidad que registró la temperatura más alta y la que obtuvo la más baja de la región. Unos extremos que se ubican en la "sartén" de la comunidad autónoma, como es Almadén (Ciudad Real), con una máxima de 44,3 ºC (registrada el 24 de julio), y el que se podría considerar "frigorífico", que es Sigüenza (Guadalajara), en donde el mercurio descendió hasta los 6,2 ºC durante la noche del pasado 22 de julio.

Por este motivo, en 'Hoy por Hoy Castilla-La Mancha', hemos juntado a los gerentes de dos establecimientos en sendas poblaciones. Por un lado, Katarin Ovejero, que regenta la tienda de comestibles Ahinoa en aquel municipio de Ciudad Real. Y, por otro lado, Fernando Tizón, quien es el director del Parador de Sigüenza. Precisamente, Tizón ha subrayado que esas temperaturas nocturnas, por debajo de los 15 grados, sirven de reclamo para que el Turismo se incremente en esta población durante la época estival. Un tipo de turismo climático que se encuentra en auge y que cada vez buscan más turistas en España.

También, Tizón bromeaba que en esta localidad guadalajareña se sigue sirviendo el plato de la sopa castellana en pleno mes de agosto. Una circunstancia que ni se la piensan en Almadén, en donde, además, las temperaturas mínimas no bajan de los 22-23 ºC durante la época estival. De hecho, lleva varias jornadas encadenando temperaturas que sobrepasan los 40 ºC. En esta línea, la propia Ovejero confesaba que su tienda se convierte en un "refugio climático" para pasar los días con temperaturas más elevadas "los clientes me comentan que no llevan prisa y que se van a dar una vuelta más por la tienda".

Con todo ello, la gerente de esta pequeña tienda de alimentación, abierta durante los 365 días del año, confesaba que con la llegada de los picos de calor los productos más demandados son la sandía, el melón o las botellas de agua. En este aspecto, detallaba que la población de Almadén no tiene más remedio que adaptar su rutina a esas altas temperaturas, ya que la mayor parte de sus clientes acude a primera hora de la mañana o cuando salen de la piscina municipal y van camino a sus domicilios.

Sin embargo, Ovejero sí que afirma que se sigue manteniendo la tradición de salir al fresco por las noches, es decir, la de sacar las sillas a las aceras de las calles para poder compartir unas horas de convivencia con los vecinos y, de paso, poder sobrellevar esas altas temperaturas que se registran en este punto de Castilla-La Mancha. Un lugar al que le separan algo más de 400 kilómetros de la población que registró la mínima durante todo el mes de julio en la comunidad autónoma.

Por último, el director del Parador de Sigüenza confesaba que en este municipio no se quitan las mantas durante el verano, al bajar el mercurio hasta los 14-15 º C. Precisamente, confesaba que a partir de las 20 h las temperaturas disminuyen en esta zona de Castilla-La Mancha y, por ende, es necesario coger una chaqueta o algo de abrigo para poder pasar las noches en las terrazas.