Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha presenta un estudio sobre la situación en la que se encuentran actualmente

Las Pedroñeras

Las cooperativas suponen un cuarto de la industria agroalimentaria regional, aunque tiene varios retos por delante. Así lo refleja el estudio ‘El cooperativismo agroalimentario de Castilla-La Mancha'', presentado por la unión de cooperativas de la región. Y es que en Castilla-La Mancha más del 30 por ciento de los municipios cuenta con al menos una cooperativa agroalimentaria, siendo, en muchos casos, la empresa más importante del pueblo por facturación y por generación de empleo. Actualmente, las cooperativas gozan de una buena situación "a pesar de las dificultades que tiene todo el mundo empresarial. Las cooperativas siguen consolidándose, siguen generando valor, siguen generando empleo, aumentando en facturación, llegando a más mercados nacionales e internacionales, ...", desarrolla Juan Miguel del Real, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha.

Gracias a las cooperativas, los agricultores obtienen mayores beneficios por sus producciones porque agrupan sus productos para salir al mercado todos juntos. Las cooperativas "han demostrado ser la mejor herramienta que tienen los agricultores para poder defender sus producciones en el mercado, sabiendo que no es fácil. Los mercados son complejos, sobre todo los internacionales", explica del Real.

Además, tienen asegurado el cobro, aunque las cooperativas también ofrecen más servicios como el de las gestiones administrativas o la venta de insumos a precios algo más bajos como ocurre con el combustible.

Retos del futuro

Del estudio también se extraen varias conclusiones negativas, como es la mejora de la dimensión que tienen las cooperativas para abordar mayores mercados y facturar más. "Nuestra facturación media en Castilla-La Mancha es de 4,2 millones de euros por cooperativa, mientras que la media nacional está en 9,2 millones. Esto lo que nos dice es que tenemos muchas cooperativas pero de pequeña dimensión", indica el presidente de cooperativas agro-alimentarias.

Otro problema es el del relevo generacional, "nuestro sector agroalimentario en general es un sector envejecido, nuestra base social es una base social envejecida y tenemos que hacer un trabajo en los próximos años para atraer a los jóvenes que se incorporan a la agricultura, para que pasen a formar parte de nuestras empresas cooperativas", apunta del Real.

Así, sus explotaciones seguirían vinculadas a las cooperativas y estas podrían seguir siendo viables, sobre todo en las zonas más despobladas.