Restaurado el cuadro de la Virgen de la Misericordia de Belmonte

Las Pedroñeras

Ya ha finalizado la restauración del cuadro de la Virgen de la Misericordia ubicado en la Colegiata de San Bartolomé de Belmonte. De autor desconocido, esta obra de óleo sobre lienzo fechada a mediados del siglo 18 ha sido restaurada por el Taller Provincial de Restauración de la Diputación de Cuenca. "La pintura se estaba comenzando a desprender de la parte inferior del cuadro, se estaba craquelando y levantando en escamas y estaba empezando a desprenderse", explica Enrique López, técnico de conservación y restauración de la Diputación de Cuenca.

Además, "toda la parte inferior del cuadro estaba cubierta de un repinte", indica López. Este repinte es cuando se aplica una segunda capa de pintura sobre la original un tiempo después de terminar el cuadro.

Bajo este repinte se puede observar dos figuras, posiblemente un matrimonio, vestido con la indumentaria característica del siglo XVIII y que probablemente encargara la realización de este cuadro. Así aparecen en este cuadro vertical, bajo la Virgen María, que se sitúa en primer plano y en medio, vistiendo una túnica blanca, con los brazos extendidos a ambos lados y de pie sobre una roca de la que mana un chorro de agua que forma un pequeño estanque a su alrededor.

No era la única zona oculta, pues "la tela del cuadro había sido doblada por detrás del bastidor y quedaban a los lados como unos 20 centímetros de pintura que no se podían ver", comenta el técnico de conservación. Así, para solucionar esto, "tuvimos que cambiar el bastidor, ampliándolo a uno más grande que el original que traía, para poder exhibir toda esa parte de la tela que había estado oculta hasta aquel momento".

Así, el cuadro ha crecido en tamaño, y, por otro lado, se han podido recuperar partes que estaban cubiertas por la capa de repinte

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Además, se ha incorporado a la obra un nuevo marco contemporáneo intentando respetar los valores artísticos y estilísticos de la obra.

Conservación del cuadro

El cuadro se encuentra ya en su lugar original en Belmonte y se puede visitar. Para su mejor conservación, se instalaron durante un periodo prolongado de tiempo unos medidores de humedad y temperatura. "Con estos datos que hemos obtenido con los medidores se ha hecho un estudio microclimático para conocer las condiciones ambientales en las que se conserva la pintura", apunta López, que añade que "todas estas conclusiones se recogen en un informe que se entrega al párroco y a las administraciones involucradas en la restauración y ahí además se proponen medidas de conservación preventivas referidas fundamentalmente al control de las condiciones ambientales y a las intervenciones que se pueden realizar ocasionalmente en el cuadro", como son la limpieza superficial del polvo o traslados.