El 'mulching', una técnica barata y sostenible para mejorar la calidad del suelo

Ciudad Real

La pasada semana en el espacio de Hoy por Hoy Ciudad Real, Green Days, hablábamos del aumento de las temperaturas globales, y de un calentamiento de 1,5ºC que ya no podemos evitar.

El 9 de septiembre se conmemoraba en todo el planeta el Día Mundial de la Agricultura, una efeméride que sirve para recordar del papel fundamental de esta actividad en la alimentación de la población mundial, una población que está en constante crecimiento y una agricultura con recursos cada vez más limitados por el cambio climático.

España es uno de los países que, en Europa, más sufre y sufrirá este aumento de temperaturas, porque las temperaturas han subido más que en la media de países, y se estima que así siga.

Un estudio del sindicato agrario COAG, en sus conclusiones dice que: "Las mayores pérdidas irían asociadas al incremento del estrés hídrico en los cultivos debido al aumento de la evapotranspiración, por el aumento de las temperaturas, y al descenso de las precipitaciones. Este descenso irá acompañado de una mayor frecuencia de sequías, hasta 5 y 10 veces más alta si se superan los 1,5 o 2°C. Además, las lluvias serían más intensas, lo que generaría erosión, y se concentrarían en épocas como el otoño, por lo que el agua sería menos aprovechable por los cultivos."

Está claro que el aumento de temperaturas y la falta de precipitaciones suponen una de las mayores preocupaciones para el sector agrario.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

En el escenario de aumento de 1,5ºC, que la ciencia ya estima para 2033, un sector tan importante como el agroalimentario sería de los más perjudicados por su elevada dependencia del clima.

En general, se traduciría en una bajada apreciable de los rendimientos y de la calidad de la producción en las zonas actuales de cultivo, pero más especialmente en las zonas más calurosas y áridas del sur peninsular. Por ejemplo, se podría llegar a perder más un 10% de la superficie más apta para los vinos de calidad en toda España y un 80% de la superficie de variedades de olivo como hojiblanca o manzanilla en Andalucía.

Ante esto, ¿ qué panorama tienen los jóvenes agricultores ?.

¿Qué podemos hacer?

Ante la adversidad, la humanidad avanza y creo que eso es lo que toca hacer.

Dicen que los molinos de viento en La Mancha se empezaron a construir allá en el S. XVI después de una sequía de 40 años. Entonces fue una innovación para adaptarse al clima. Ya no podemos hacer lo mismo que hace 40 años.

Y aunque es difícil superar esa barrera que existe al cambio, hay agricultores que ya están innovando para adaptarse al cambio del clima. Hoy quiero traer una práctica que puede marcar la diferencia en la gestión del suelo de los cultivos.

El mulching o acolchado

¿Qué es el mulch? Es una práctica que consiste en cubrir el suelo con restos vegetales triturados, como la paja, un residuo resultante del cultivo anterior. Una técnica sencilla y económica, que no solo ayuda a conservar la humedad y regular la temperatura del suelo, sino que también mejora la calidad del suelo a largo plazo al incrementar la materia orgánica y evitar la proliferación de hierbas indeseadas.

Es una práctica sencilla, para cultivos de secano. Que parece que la innovación solo tiene que ser en los grandes cultivos de regadío. Hablar de innovación no es solo hablar de drones.

En el marco del proyecto LIFE Agriadapt, se ha comprobado la eficacia de esta medida de adaptación en parcelas de cereal de secano en Zamora. Y los resultados son que el mulch conserva mejor la humedad del suelo (hasta un 8,8% frente a un 3,2% en parcelas con suelo desnudo sin mulch)..

La temperatura del suelo es hasta 7,8°C menor de media, en las parcelas donde se ha aplicado el mulch.

Favorece la fertilidad del suelo, porque el nitrógeno de la hierba se queda en el suelo.

El mulch lo podemos aplicar también en nuestros huertos, en el jardín. Sirve cualquier resto vegetal, restos de siega de hierba, restos de poda, paja, cartón, etc.

Y lo mejor, es gratis.