Otro año más

Albacete

Para la mayoría de nosotros, la vida comienza de nuevo cada año, de modo que, iniciado el año nuevo, o pasado el año viejo, tenemos nuevos propósitos, a veces viejos por incumplidos antes, y tratamos de generar nuevas ilusiones confiando en que el pasado, pasado está.

Para aquellos que trabajamos en el ámbito de la Justicia, sin embargo, necesitamos que la vida nueva comience dos veces al año. Sin duda estamos necesitados de ilusiones o propósitos nuevos con más intensidad o periodicidad que los demás.

Así, no sólo se plantean nuevos propósitos tras la Navidad, sino también pasado agosto, en Albacete pasada la Feria, momento en que tiene lugar la apertura del año judicial.

Y los propósitos, en el ámbito de la Justicia, en el mes de septiembre, siempre son los mismos desde hace muchos años. Después de enumerar las estadísticas que nos muestran el aumento de procedimientos, el aumento de delitos, el aumento de la violencia contra, o sobre, las mujeres, los menores o los mayores, las recurrentes suspensiones de juicios y retrasos en su celebración, llegamos a la consecuencia, indudablemente cierta, de que faltan medios materiales y humanos para atajar todos esos problemas.

Así año tras año. Se destinan recursos, pero siempre son insuficientes.

Quizá mientras llegan esos recursos, si es que llegan, y ante la posibilidad de que no lleguen o de que no sean suficientes, debemos proponernos redoblar nuestros esfuerzos, aportar cada día un poco más cada uno de nosotros, para evitar que se incrementen los procedimientos, los delitos, la violencia o, simplemente aportar algo más, un poquito cada día, para mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean. También la de la Justicia.

Urge concentrarse y preguntarnos a nosotros mismos: ¿Qué es lo que podemos hacer?