Nena

Toledo

Llega la noche y, tras un largo día de trabajo, me siento en el sofá, y a mi lado hay una cosita peluda, rubia y de nariz rosada durmiendo plácidamente. Esa cosita es una preciosa perra mestiza, mi perrita, llamada Nena.

Es una de las 800 mascotas que, según los datos oficiales, se abandonan cada día en España, y en Toledo, por desgracia, no nos quedamos atrás. Cuando cogemos un gatito o un perrito, no somos conscientes de que esa vida estará junto a nosotros, como mínimo, 10 largos o cortos años, según como se mire, y que ese animal dependerá de nosotros para todo: su comida, su salud, su bienestar emocional. No es solo una compañía, es una responsabilidad que asumimos desde el primer día.

Cada verano, son dejados a su suerte, olvidados por aquellos que alguna vez prometieron cuidarlos.

Pero, ¿qué nos dice esto sobre nuestra sociedad? ¿Qué tipo de valores estamos transmitiendo si tratamos a los seres vivos como objetos desechables

Estos animales, al no tener donde ir, acaban en la perrera, enjaulados, saliendo una hora al día de su chenil si tienen suerte, pasando frío en invierno y calor en verano, condenados a una pena de prisión por haber cometido el delito de vivir con una familia que se ha olvidado de ellos y sin saber si algún día volverán a salir de su jaula y a sentir el calor de un hogar.

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Adoptar una mascota debe ser un acto de amor y compromiso, no una decisión impulsiva.

Reflexionemos sobre el impacto de nuestras acciones. Cada vez que decidimos abandonar a un animal, estamos contribuyendo a un problema mayor, uno que refleja nuestra falta de empatía y responsabilidad. Cambiemos esta realidad, promovamos la adopción responsable y recordemos que un animal no es un juguete, sino un ser que siente y sufre.