Jorge Kaazan, el testimonio del dolor de un libanés en Ciudad Real: "No cuentan la cantidad de gente que hay bajo los escombros"

Con el corazón en vilo, vive Jorge Kaazan, un ciudadano de origen libanés residente en Ciudad Real desde hace más de 20 años. No está tranquilo con las imágenes de las bombas en la ciudad de Zahle, en la zona de Bekaa, -la zona cristiana- donde viven sus 9 hermanos, con sus hijos y nietos. Nos cuenta con dolor que son 5 millones de libaneses los que como él se marcharon a distintos países del mundo. Él se asentó en la capital de la provincia en el año 1990, donde convive con su esposa y dos hijos.

A miles de kms de su familia natural reconoce estar impactado: "mis hermanos viven en continua tensión, aunque se encuentran en zona cristiana, piensan que Israel no atentará contra ese lugar, pero se levantan y van a dormir con el sonido de las explosiones, si no les alcanzan, dicen, otro día más de suerte".

Son cientos de personas muertas y llama la atención que no se están contando la cantidad de cadáveres que se han quedado sepultados bajo los escombros, "porque en Líbano no contamos con maquinas especializadas para actuar sobre el terreno".

Asegura que el Líbano es más pequeño que Ciudad Real pero es un país superpoblado, donde cae una bomba, caen numerosas víctimas.

A pesar de los ataques tan sangrientos, tienen la esperanza de que la ONU intervenga y se pueda parar el conflicto desde Europa.

Su familia, como la gran mayoría de libaneses no se plantea abandonar el país, a pesar del riesgo que corren sus vidas, "no tienen posibilidades económicas, ni visados, la gente está muy aferrada al territorio" .

Él viajó hasta su ciudad, hace un año pero no ha podido regresar dada la situación bélica. Confiesa que en Ciudad Real, está plenamente integrado, ya tiene a sus hijos independizados "aunque comemos juntos todos los días" y otra gran familia, la de los residentes de "Los Carmenes" en Poblete, donde trabaja.