La lana, ese bien preciado
Durante mucho tiempo, especialmente en Castilla, fuimos los mejores productores de toda Europa
La mirada de Toledo: La lana, ese bien preciado (04/10/2024)
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Toledo
Todos sabemos lo que es la lana, miramos continuamente las etiquetas de las ropa que queremos adquirir para saber su composición, y saber cuánto porcentaje de lana lleva, y en ocasiones, su procedencia. Apreciamos en invierno, poder abrigarnos con ella, llevar un buen abrigo. Siempre tenemos presente lo que significa llevar un buen abrigo de lana.
Pero quizás se nos olvida, que en la Península, durante mucho tiempo, especialmente en Castilla, fuimos los mejores productores de lana, y en toda Europa, durante varios siglos, se tejían paños con esta lana, y que me disculpen todos, pero era de mucha mejor calidad que la que había en Flandes.
Se podría escribir toda una historia ligada a la lana, al avance social, económico y demográfico, en definitiva, una historia muy curiosa y larga. Gracias a su obtención, puesta en venta y gestión, se regularon normas de convivencia, normas de caminos, normas de comercio, impuestos y ferias.
Había todo un modelo de negocio alrededor de la misma, permitió un gran avance en determinadas zonas rurales, había prosperidad para nuestra Península, tanto es así que nuestro producto, cada vez tenía una demanda más elevada. Todo el mundo quería nuestra lana.
Con los cambios sociodemográficos y de consumo, cambiaron los hábitos de los consumidores, cambiaron sus gustos a la hora de vestir, se adecuaron otro tipo de paños que se producían en telares que España no éramos capaces de replicar, y nos adelantaron. Aunque nuestra materia prima era apreciada, no conseguíamos transformarla de manera adecuada. El proceso de desarrollo de la industria textil en el norte de Europa fue diferente, y nosotros quedamos relegados.
El tiempo pasó, las ovejas se siguieron esquilando, se siguió vendiendo nuestra preciada lana, pero cada vez, con precios mucho más bajos en origen, el medio rural sufría las consecuencias, el ganadero de ovino sufría las consecuencias, de tener una material tan preciado, pero tan devaluado, sobretodo en la industria textil.
Actualmente, una vez más, gracias a la innovación, y a la reivindicación, se ha conseguido llegar a un acuerdo para gestionar la lana. Se permitirá al ganadero compostar la lana con el estiércol de sus explotaciones para terminar con el problema de acumulación que existe en las explotaciones.
Al final todo consiste en reinventarse, en los tiempos de crisis siempre surgen ideas. El mundo rural, siempre se reinventa.
Eva Marín de la Fuente
Presidenta de Asaja Joven, agricultora y Lda. en Publicidad y RRPP