Cremallera en boca
Los cambios sociales son mucho más lentos que los cambios tecnológicos, por lo que sin darnos cuenta estamos como el hámster en la rueda de su jaula
La mirada de Toledo: Cremallera en boca (28/10/2024)
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Toledo
Dice Benjamín Prado en la canción 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina, veinte años después versionada heroicamente por Travis Birds:
Todo da una de cal y otra de arena. Todas las caras tienen su cara y su cruz. Todos somos un pájaro que vuela. A la vez, hacia el norte y hacia el sur. Todo lo que se vuelve a contar ya es otra historia. Todo lo que se rompe, inventa su enemigo. Y la misma canción, al cambiar de persona. No dice lo de siempre cuando dice lo mismo.
Que si no han escuchado esta versión háganlo, porque realmente merce la pena.
Esta sociedad en la que interactuamos, hoy también digitalmente, carece de tiempo para pensar antes de hacer, para reflexionar antes de opinar, para valorar distintas opciones antes de tomar decisiones, para conocer antes de criticar, y me temo que carece de tiempo para vivir antes de morir. Porque vivimos en la era de la inmediatez… del exceso de información, del todo vale, del cero corresponsabilidad, del hedonismo y de la sinrazón.
Las consecuencias son brutales y ya se empiezan a notar considerablemente, los cambios sociales son mucho más lentos que los cambios tecnológicos, por lo que sin darnos cuenta estamos como el hámster en la rueda de su jaula, pero si bien el hámster necesita esa rueda para mantenerse en forma física y mental, nosotros lo hacemos incluso por inercia, sin saber ni como parar y lo peor, ni como bajar. Un ritmo frenético en el que todo hay que contestarlo inmediatamente, por poner un ejemplo, porque además, todos tenemos los medios para hacerlo, ¿quién no tiene email, WhatsApp o Telegram, o incluso ambos? Y encima somos masocas, y nos activamos en el móvil los emails para estar al tanto y al día de todo lo que nos pueda ir llegando.
Si no contestas de forma inmediata cuando accedes a ellos necesitas dos horas para contestar de lo que se han acumulado los mensajes y aquí es donde veo yo la diferencia, habrá personas que necesiten contestar inmediatamente porque estar luego dos horas respondiendo le crea ansiedad y sensación de pérdida de tiempo y personas que llevan bien no responder según les llegan y que se desenvuelven bien respondiendo cuando pueden o quieren. No es mejor una que la otra, más bien tiene que ver con cómo las personas gestionamos nuestra forma de atender esa inmediatez en nuestro día a día, y cada cual, con sus responsabilidades y tareas, de trabajo, domésticas, de ocio, deporte o cualquier otra. Y también según su forma de ser.
Entonces creo que la clave va a estar en respetarnos y escucharnos antes de opinar, antes de etiquetar o de juzgarnos.
Porque como dicen por ahí…
Entre lo que pienso, lo que quiero decir, lo que creo decir, lo que digo, lo que quieres oír, lo que oyes, lo que crees entender, lo que quieres entender, y lo que entiendes, existen nueve posibilidades de no entenderse. Por si acaso cremallera en boca como decían en mi casa.
Natalia Simón
Decana del Colegio Oficial Sociología y Ciencias Políticas