Cómo evitar otra riada en Letur, ubicado en zona inundable
La tromba que se produjo en el nacimiento del arroyo que atraviesa el pueblo, generó una crecida que arrasó a su paso. "Aunque aguas abajo el cauce de encauzamiento sí que tenía capacidad hidráulica suficiente, no podía volver el agua al propio arroyo y siguió otro curso diferente, justo por encima de lo que es el puente principal"
¿Era previsible la riada de Letur? La zona ha sido estudiada a efectos del riesgo de inundación
Albacete
Los problemas de inundaciones no son nuevos para esta localidad albaceteña, cuyo casco antiguo se ha visto arrasado tras el desbordamiento del arroyo.
Cómo el agua, un elemento sin el que no se puede entender la idiosincrasia de Letur, se ha convertido en el causante de la mayor catástrofe natural
La enorme rambla por encima de su nacimiento, un encauzamiento de hormigón “embellecido” y construcciones que obstruyen las salidas naturales, han formado un peligroso cóctel sobre el que hemos reflexionado en Hoy por Hoy Albacete, con el técnico en Gestión del Ciclo Integral del Agua, Stefan Nolte, vecino de Riópar.
El experto expone que en el cauce natural de un río, este es "rugoso", es decir, con muchas rocas y vegetación, elementos que "frenan el agua", que se va repartiendo en el tiempo, frena la crecida y su poder destructivo.
En cambio, "cuando entra en un cauce de hormigón, la idea es que pueda evacuar el agua rápidamente, pero si el agua va más rápido tiene mucho más poder destructivo. Es un juego que técnicamente tiene su complicación".
La Plataforma en Defensa de las Fuentes de los ríos Segura y Mundo, creada en el año 2007 a raíz de la instalación de unos pozos de sequía en la comarca de la sierra del Segura y Campos de Hellín, está integrada por una decena de colectivos de la zona.
En un análisis de lo ocurrido a través de un hilo de X (Twitter), destacan en qué hay que fijarse para entender todo lo que ha pasado:
- Orografía: Letur se asienta sobre una zona elevada por la que discurre un arroyo de manera paralela al casco antiguo del municipio. Una topografía muy abrupta, donde hay una gran pendiente, acelera la escorrentía, la velocidad del flujo. Luego, "hay un encauzamiento de los años 90 que es demasiado estrecho y no tiene la capacidad hidráulica suficiente para poder gestionar una avenida de este tipo"
- Pluviometría: Cuando la crecida llegó a Letur, donde apenas había llovido, se encontró con una serie de barreras artificiales que según la plataforma fueron clave en el desarrollo posterior de la catástrofe. Las grandes precipitaciones se dieron "en la cabecera de una cuenca que es muy grande y que está en una zona de montaña donde no hay ni pluviómetros. Había un aviso meteorológico de alerta naranja, pero no había ningún elemento de la red oficial que permitiera avisar a la gente de que venía una avenida bastante importante y se dirigía hacia el pueblo"
- Terreno arcilloso: el flujo de agua contiene "sedimentos o carga de la erosión aguas arriba" que se compone de "arenas y gravas". Los sedimentos "cargan" el flujo del agua y este "hace muchísimo más daño porque colapsa, ciega zonas de desagüe y rebosa las canalizaciones".
Este arroyo nace a pocos kilómetros del núcleo urbano, en unas fuentes que han surtido de agua y, por tanto, de vida, a la zona a lo largo de la historia. Letur se asienta sobre un macizo calcáreo, lo que se conoce como toba o travertino. Un material "soluble, pero con el tiempo, bastante duro". La clave es que la parte superior de esta roca hay una capa del Mioceno a base de arcillas, arenas y gravas sueltas. "No es un material consolidado y eso es lo que ha arrastrado la lluvia.
Sin embargo, junto al nacimiento se encuentra una rambla de grandes dimensiones que se extiende desde la Sierra de Zacatín hasta el límite con Moratalla, localidad de la provincia de Murcia. Fue en este lugar donde la DANA descargó 230 litros de agua por metro cuadrado que formaron una tremenda riada que a lo largo del cauce del arroyo en dirección a la localidad.
Tomando como referencia los vídeos del momento de la riada, desde la Plataforma denuncian como esas 'piscinas naturales' han restado capacidad hidráulica, lo que repercute en un desbordamiento por encima del muro que impide que el agua vuelva a su cauce.
Ante la acumulación de agua, lo natural es que el cauce busque una vía secundaria de evacuación por la parte izquierda, a través de lo que se considera como otra "salida natural" en momentos de grandes crecidas como este. Sin embargo, al estar ocupada esta vía de desagüe alternativa por construcciones, la crecida varió su recorrido y se metió de lleno en las calles del casco antiguo.
Tres son los arroyos que confluyen en Letur, una localidad medieval
En los mapas de riesgo de inundación cada 500 años, cada 100 años y cada 50 años, elaborados por el Centro Cartográfico de Castilla-La Mancha, "se puede comprobar fácilmente que hay ya construcciones en el cauce".
Históricamente, Letur siempre ha tenido un problema de inundaciones que han sido más o menos recurrentes. "En los años 90, la Confederación Geográfica del Segura hizo una serie de diques pueden laminar una crecida pequeña, ordinaria, pero cuando esta es muy grande, el efecto es prácticamente irrelevante".
Visto como se desarrollaron los acontecimientos, la Plataforma en Defensa de las Fuentes de los ríos Segura y Mundo no tienen dudas en que esta catástrofe se podría haber evitado.
Por ello, emplazan a la Confederación Hidrológica del Segura a darle "prioridad" a la búsqueda de una solución para Letur. Algo, inciden, para lo que se abre una buena oportunidad con el tercer ciclo de planificación del riesgo de inundación de la Confederación Hidrográfica del Segura, cuya evaluación preliminar se encuentra en plazo de consulta pública -durante tres meses- desde el pasado septiembre.
Por otra parte, ante lo sucedido en Letur, a la Plataforma en Defensa de las Fuentes llama la atención que pese a existir una alerta por lluvias, "hubiera coches estacionados en una zona inundable". Y es que, aunque "siempre pensamos en las inundaciones en términos urbanísticos, es más fácil quitar el coche que la casa", apostillan.
Una propuesta de dar solución a un problema recurrente en Letur que desde la Plataforma aseguran haber trasladado al secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, junto a otra iniciativa relativa a la necesidad de señalizar las zonas inundables y de prohibir el estacionamiento en alerta por lluvias.
Evaluación preliminar del riesgo de inundación (EPRI)
La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) consideraba que el Arroyo de Letur era una zona con riesgo de inundaciones y llegó a identificar el trayecto más probable de una avenida. Así consta en el documento de evaluación preliminar del riesgo de inundación (EPRI), que se encuentra en exposición pública desde el 2 de septiembre durante tres meses, hasta el 2 de diciembre.
La CHS identifica un tramo de 1,68 kilómetros de longitud. Incluso llegó a publicar el trazado más probable para una avenida en esta zona de la Sierra del Segura. Según los técnicos del organismo de cuenca que redactaron el documento que se puede consultar en la web de la CHS, una avenida en este tramo presentaría riesgo potencial de una serie de «consecuencias adversas».
Entre ellas, están los «daños inmediatos a personas», los «daños diferidos a personas», afecciones de tipo «residencial», así como repercusiones en la actividad económica, agrícola y ganadera.
Aún más, el Arroyo o Rambla de Letur ya formaba parte en 2010 de la lista de Arpsi (Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación) de la actual Demarcación Hidrográfica del Segura. En noviembre de ese año, ya se mencionaba Letur como una zona de riesgo que también comprende otros puntos de la Sierra del Segura, como son Elche de la Sierra, Férez y Socovos.
Sin embargo, el nivel de peligrosidad estimado por la CHS es de 1,3 sobre cinco, esto es, no es de los más elevados, según su Plan de Gestión de Riesgo de Inundación (PGRI). El nivel de peligrosidad estudia las características potenciales de una avenida, como la superficie inundable, el calado, la velocidad, la capacidad erosiva, el transporte de sedimentos, la presencia de obstáculos y el tiempo de respuesta.
Lo que sí es más elevado es el riesgo potencial, de 2,2 sobre cinco. Este parámetro mide la posible población afectada en caso de inundación, el impacto sobre las actividades económicas, la existencia de puntos críticos (infraestructuras, redes de suministro) o el impacto en áreas protegidas.
Según datos del ICOG, el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos, más del 10% de la población española reside en zonas inundables, "siendo las cuencas del Guadalquivir, Segura y Júcar las más afectadas".
Para Stefan Nolte, de la riada de Letur hay que aprender lecciones como que el cambio climático no es problema del futuro sino que ya está aquí y hay que adaptarse. A ello añade la necesidad de mejorar la red de pluviómetros oficiales, "tomarse en serio el tema de las alertas meteorológicas" y "quizá también algún tipo de presa de laminación más consistente.
Cristina Castellanos
Redactora en Radio Albacete. Edita y presenta...