Rafa
La opinión de Juan Miguel Alonso (13/11/2024)
León
Me van a permitir que hoy esta onda incendiada no se detenga en las forgasias cotidianas, preñadas de infamias y lamentaciones que harían sonrojar al Maquiavelo más cínico del reino, nada de Danas que son reducidas a la nada , nada de reyes y validos apedreados por el vulgo, nada de bulos vergonzantes que revientan las audiencias en el estercolero de las pantallas.
Hoy sólo quiero cantar las grandezas de nuestro filósofo de cabecera, ese Rafa Gallego que nos invita cada semana a pensar desde estas mismas ondas, a darle una vuelta a las convenciones, a mirarnos hacia adentro no vaya a ser que esté ahí el secreto.
Rafa ha dedicado toda su vida a sembrar el surco del conocimiento entre sus alumnos, porque sabe que no hay otra escalera para ellos, sobre todo si tu calle está sin asfaltar, y la cuna que te mece se asienta sobre un suelo de miseria y frío. No sé si he dicho ya que nuestro amigo es manchego e hidalgo.
Que Rafa Gallego diga de sí mismo que es la peor persona del mundo es una ironía hiperbólica , porque los que le conocen saben que no fácil competir con este payo en generosidad, bondad y bonhomía.
Por eso, echamos ya en falta el cálido abrazo de sus palabras, la frescura de ese ojo crítico, el maná de sus verdades que huyen del dogma a la velocidad de la luz y alimentan más que todos los libros de autoyuda que en el mundo han sido.
Rafita ha ido a darse un garbeo por el callejón del Gato, como suelen los filósofos bohemios, pero en nada, con las primeras nieves, estará de vuelta, porque tiene una legión de brazos esperándole para devolverle, aunque solo sea una parte, el regalo de su amistad.