El árbol llamado árbol
Juan José Sanz, investigador científico en el Museo de Ciencias Naturales del CSIC
Nómada del viento: Un árbol llamado árbol (19/11/2024)
08:07
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Toledo
Estamos en pleno otoño con el cambio de color de la mayoría de árboles caducifolios y hoy nos paramos a observar el almez que es el nombre común o vernáculo de Celtis australis. La palabra almez proviene del árabe “al-máys” que literalmente significa árbol. En el nombre científico vemos que aparece la palabra australis y esto hace referencia al Sur de Europa. Esta especie se encuentra además del Sur de Europa, en el Oeste de Asía y en el Norte de África.
Debería ser el árbol de Toledo ya que en la ciudad hay multitud de ejemplares, algunos muy viejos como el que se encuentra en la Ermita del Valle. Es longevo, llegando a vivir 600 años y muy duro ya que soporta la contaminación de las ciudades, así como las bajas temperaturas invernales o las sequías sin problemas. Es un árbol de tronco es recto y su corteza lisa de color gris plateado, parecida a la piel de los elefantes. En estos días ha cambiado el color de sus hojas lanceoladas y aserradas que irá perdiendo por la fuerza del viento. Además, ahora se pueden observar sus frutos llamados celtinas o almencinas que tienen una drupa comestible redondeada y lisa, del tamaño de un guisante, de sabor agradable parecido al dátil, tiene un color inicialmente verde, que se vuelve después amarillento y rojizo para terminar siendo negro azulado en la madurez, es decir, en pleno otoño e invierno.
Los frutos del almez son comestibles y presentan un sabor dulce cuando la pulpa es de color negro. Muchas aves comen estos frutos e incluso se llegan a fabricar licores artesanales, dejándolos macerar en aguardiente o anís. Tanto los frutos como las hojas se emplean para preparar infusiones que permiten rebajar la tensión arterial o la mejora del funcionamiento del sistema digestivo. Su consumo, al ser un producto astringente, permite la prevención de diarreas y disenterías, y permite rebajar el nivel de colesterol y los niveles de azúcar en sangre.
Es un árbol que en muchas zonas de la Península se le vinculó a rituales y tradiciones, dándole un significado mágico. Posteriormente el cristianismo adaptó el almez a sus creencias y plantó esta especie junto a muchos monasterios, templos y ermitas. De ahí que en Toledo tengamos uno que debe tener al menos 200 años en la entrada de la Ermita del Valle. Bien merece un vistazo cuando pasemos al lado.
Una especie, un espacio
El sonido de esta semana corresponde al milano real (Milvus milvus) que es una de las rapaces invernantes que veremos planear desde la carretera en la provincia. Estas aves provienen del norte de Europa donde está sufriendo una fuerte regresión debido sobre todo al uso de venenos en el campo. En Toledo han aumentado su presencia sobre todo por el aumento de las poblaciones de conejos en las últimas décadas.
Como espacio, hoy vamos a visitar un municipio colindante a Toledo, Aranjuez que pertenece a la Comunidad de Madrid pero que históricamente siempre ha estado muy vinculada con Toledo. Es el momento idóneo de dar un paseo por los sotos y paseos arbolados que están en todo su esplendor. Os recomiendo un paseo por la Calle de la Reina y por los Jardines del Príncipe donde podremos descubrir Árboles Singulares como el Plátano Padre. Ya sabéis que este Jardín tiene multitud de especies de árboles traídas de todo el mundo a la realeza y que se plantaron aquí.
Convocatoria natural
El día 28 y 29 de noviembre tenemos la X Feria de la Ciencia Accesible” en el polígono de Santa María de Benquerencia en donde habrá multitud de talles para niños y adultos de acceso gratuito y sin inscripción. Las actividades se celebrarán de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas. Además, el sábado 30 en la Cervecería Uthopia tendremos charlas con investigadores sobre los trampales del Parque Nacional de Cabañeros, el Toledo islámico o sobre el ADN. Es una buena oportunidad de acercar a los niños, y no tan niños, a la ciencia de una forma participativa.