Viriato en Toledo

Toledo

Buenos días, Carlos. Buenos días oyentes.

No está de moda mirar al pasado, recordar lo sucedido y sobre todo revisar lo aprendido. Estamos tan entregados al “hoy”, a lo inmediato, que apenas queda tiempo de revisar lo de ayer y, sobre todo, de aprender de lo que hemos pasado.

Creo que estarán conmigo en que vivimos tiempos revueltos, agitados por lo menos, que terminarán en eso que los que saben llaman cambio de ciclo o nueva era y que bautizarán con algún neologismo que nos convenza que hemos terminado la Edad Contemporánea para empezar otra.

Pero se lo advierto, los nuevos tiempos ni llegan de un día para otro ni surgen de la nada. De hecho, estoy convencido que en su llegada tiene más que ver lo cotidiano, lo que vamos haciendo o dejando de hacer cada día, que los grandes gestos y discursos. Y las palabras. Sí, sí, las palabras que se nos cuelan a poquitos en la memoria y que acaban modelando nuestra mirada y esculpiendo nuestra visión de lo que pasa. Recuerden: “La realidad está definida con palabras. Por lo tanto, el que controla las palabras controla la realidad”. Nos lo explicó Gramsci en los años veinte del pasado siglo.

En el IES María Pacheco se ha presentado una exposición sobre el levantamiento de Varsovia en 1944 contra el ejercito nazi que ocupaba la ciudad y que la redujo a cenizas a pesar de la resistencia organizada y heroica de sus habitantes. En apenas 60 días, los nazis asesinaron a 100.000 personas. Está abierta hasta el 13 de diciembre, no se la pierdan.

La estrenó la vicealdaldesa la semana pasada. No haré mención a lo irónico de que una dirigente de Vox inaugure una exposición como esta, pero les recomiendo que le echen un vistazo a la nota de prensa que con ese motivo publicó el Ayuntamiento de Toledo.

No imaginan las piruetas literarias de la periodista aludiendo de forma repetitiva al “invasor alemán” para evitar la palabra nazi, tan evidente en este contexto.

Tanto se le fue la mano con la épica que me imagino al redactor buscando analogías entre los valientes polacos y Viriato o Don Rodrigo y hermanando íberos y eslavos en una heroica y fraternal camaradería hispana. Menudo tufo a NODO, oiga.

Vuelvo a Gramsci, que lo explicaba muy bien “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Y ojo, los monstruos no son verdes y enormes, están en lo cotidiano, en lo de todos los días. Y a veces, también en las palabras que no se dicen.

Hasta el martes que viene. Besos.

Javi Mateo

PD: La nota pinchando aquí.