Unico en España, en un pueblo de Toledo y solo visible en noviembre

Toledo

Un catafalco es un armazón cubierto de negro que imita un sepulcro o ataúd y que se coloca en las iglesias en algunos funerales. Con algo más de precisión o entendimiento (ambas son definiciones de diccionario) se trata de un túmulo adornado con magnificencia, el cual suele ponerse en las iglesias para la exequias solemnes. De primera vista para el viajero con poco conocimiento o vocabulario se puede describir como una especie de pirámide con varios niveles de madera en el que se ven diferentes imágenes entre las que destacan calaveras o figuras de esqueletos entre elementos de carácter religioso y en concreto cristiano.

En cualquier caso se trata de un elemento único en nuestro país, que reside en una bonita iglesia de un pueblo de Toledo, La Torre de Esteban Hambrán, y que tan solo se puede ver durante el mes de noviembre. Por eso SER Toledo se ha desplazado hasta allí de la mano de su colaboradora, Ángela Crespo, para conocer la historia, el significado y lo que supone su conservación para este municipio con menos de 2.000 habitantes censados.

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Este catafalcto de más de cinco metros de altura es el único de este tipo que se encuentra bien conservado en España, tal y como nos ha contado la concejala del ayuntamiento de La Torre de Esteban Hambrán, Susana Cámara, que ha sido la encargada de acompañarnos en un recorrido muy recomendable para el viajero. Se puede visitar durante todo este mes de noviembre y el último día, el sábado 30 se realizarán unas jornadas que incluirán unas visitas a las cuevas de Castillejo en la cercana localida de Méntrida.

Su creación data de 1579 y posteriormente fue restaurado en 1753, aunque se conserva en su estructura original y la cara inicial de las imágenes. Están representados en las 30 imágenes que se pueden ver la muerte de la jerarquía de la época representada por los emperadores y reyes, los cardenales y clérigos; los nobles y en los escalafones más altos los arzobispos, obispos y el Papa.

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No solo este elemento de honor ante la muerte merecen la pena ser visitados en esta iglesia, también su órgano original y en funcionamiento, su pila bautismal original o su retablo son para demostrar que en los pueblos toledanos existen importantes joyas que perduran en el tiempo, se conservan con esfuerzos muy grandes para pequeñas administraciones y en muchos casos desconocidos para el público.