Opinión

La DANA y cómo prevenir la manipulación informativa

La firma de opinión del presidente del Colegio de Médicos de Albacete, Blas González

'La DANA y cómo prevenir la manipulación informativa', la firma de Blas González

Albacete

En las últimas semanas, España ha sufrido los devastadores efectos de una nueva DANA -Depresión Aislada en Niveles Altos-. Este fenómeno meteorológico ha causado estragos en varias regiones. Las inundaciones han destruido infraestructuras, viviendas y cultivos, dejando pérdidas millonarias y causando un gran número de fallecidos y una gran alarma social.

Sin embargo, la preocupación no solo radica en las consecuencias materiales y humanas, sino también en la manera en que los medios de comunicación y las redes sociales han tratado este fenómeno, muchas veces con un enfoque sensacionalista o manipulado. Y en este contexto, uno puede preguntarse: ¿De verdad el cambio climático ha intensificado la DANA reciente, o es manipulación informativa? Porque la DANA, también conocida como gota fría, es un fenómeno recurrente en la cuenca mediterránea.

Para responder a esta pregunta debemos acudir a la información científica contrastada. Un informe reciente publicado en la plataforma europea Climameter, que es un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), indica que “la intensidad de las precipitaciones sin precedentes, como los hasta 630 mm registrados en Turís, Valencia, en 24 horas, se pueden atribuir a la crisis climática”.

Carmen Álvarez Castro, investigadora de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y coautora de este estudio ha destacado que este fenómeno, caracterizado por lluvias extremas e inundaciones devastadoras, está fuertemente vinculado al cambio climático de origen humano. Según el análisis realizado, las precipitaciones extremas actuales son un 15 % más intensas que las de fenómenos similares en el pasado debido al calentamiento global.

La investigación también subraya que estas condiciones son hasta 4 ºC más cálidas en comparación con el siglo pasado, lo que favorece tormentas más intensas sobre el Mediterráneo. Dicho de otra manera, el aumento de las temperaturas globales y la mayor evaporación de los mares hacen que las tormentas sean más intensas, y la urbanización descontrolada en zonas de riesgo agrava las consecuencias.

A pesar de la importancia de abordar estas causas, gran parte de la cobertura mediática se centra en imágenes impactantes y titulares alarmistas, dejando de lado un análisis profundo de las causas subyacentes y las posibles soluciones. Esta forma de informar genera confusión y, en algunos casos, desinformación, dificultando la comprensión del fenómeno y la adopción de medidas efectivas por parte de la ciudadanía y las autoridades. Pero, ante el riesgo de la desinformación y la manipulación mediática, ¿qué puede hacer el ciudadano de a pie? Pues mucho. Ya sabemos que no todas las noticias que circulan son verídicas.

Es importante leer diversas fuentes de información, y acudir a medios especializados en ciencia o medio ambiente. Las redes sociales apenas tienen control por lo que facilitan la difusión de noticias falsas o imágenes fuera de contexto. Antes de compartir contenido, es esencial verificar su autenticidad. Cuestionar lo que se lee o escucha es clave. Preguntarse quién es la fuente, qué intereses puede haber detrás de una noticia y si el contenido está respaldado por datos contrastados ayuda a identificar posibles manipulaciones.

Es mejor abstenerse de divulgar contenido si no se tiene la certeza de su veracidad. Optar por consumir noticias de medios que demuestren rigor periodístico y un enfoque equilibrado fomenta una comunicación de calidad. Participar en actividades que promuevan la alfabetización informativa, como talleres o charlas, ayuda a desarrollar herramientas para discernir entre información confiable y manipulada.

Y si se detectan noticias falsas, es importante denunciarlas en las plataformas correspondientes o informar a organizaciones que trabajan para combatir la desinformación. La reciente DANA en España nos recuerda no solo la necesidad de prepararnos frente a fenómenos meteorológicos extremos, sino también la importancia de enfrentarnos a los desafíos de la desinformación.

Los ciudadanos, como consumidores y transmisores de información, tenemos en nuestras manos el poder de contribuir a una sociedad mejor informada. Al contrastar fuentes, verificar datos y apoyar medios responsables, podemos reducir el impacto de la manipulación informativa y enfocarnos en lo realmente importante. ¿Cómo vamos a prepararnos para entender y mitigar los efectos del cambio climático? Porque en proteger a nuestras comunidades, nos va la vida.

Blas González

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad...