Y que por lo visto 3.0

Talavera de la Reina

Y que por lo visto el himno de Estados Unidos hace referencia a la épica de la tierra de los libres y el hogar de los valientes. Y así lo cantan con fervor los norteamericanos.

Los franceses entonan en alta voz “Vamos hijos de la patria, el día de gloria ha llegado”. Los alemanes se desgañitan afirmando “¡Unidad y justicia y libertad para la patria alemana!”. Para no extenderme, los aguerridos ciudadanos de Lesoto, pequeñísimo reino africano, también cantan: “Dios, protege a Lesoto, protégelo de los conflictos, protégelo de las tribulaciones. Oh, Lesoto, tierra mía, tierra de nuestros padres, conoce la paz”.

Pues bien, los patriotas de hojalata que agitan banderas en los estadios españoles le han puesto letra al himno de España: “Lolo lolo lolololololololó”. Una hazaña solo al alcance de los más fieles seguidores de ese filósofo griego que fue Manolo el del bombo.

No digo yo que nos dejemos llevar por la lírica de Les Luthiers y canten los forofos “Ya los fieros enemigos se alejaron, no resuena el ruido de sus botas, nos pasaron por encima y nos ganaron, nos dejaron en derrota. Perdimos, perdimos, perdimos otra vez”. No. Basta con que se estén callados.

Si no hay letra, no le pongáis vergüenza. Al himno nacional español se le puede honrar de muchas maneras, pero la más sencilla a la vez que la más respetuosa es guardar un emocionado silencio mientras suena. El viernes que viene más.