Tradición y sostenibilidad: el trenzado artesano del esparto y su uso en Cuenca
La artesanía con esta gramínea elaboraba desde cestas y serones hasta la pleita que da forma al queso manchego
Tradición y sostenibilidad: el trenzado del esparto y sus usos en Cuenca
Cuenca
En el espacio La Memoria de la Tierra que coordina Tirso Moreno, de la empresa Vestal Etnografía, y que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca, conocemos esta vez algo sobre el esparto, su artesanía, sus usos y su legado en la tradición.
El esparto es una planta emblemática del sureste mediterráneo que ha tenido un papel significativo en la historia y la vida cotidiana de las comunidades rurales. Representa la humildad y la resistencia de las clases campesinas, como evidencia el refrán Quien trabaja esparto de pan nunca harto, destacando su uso como un recurso esencial para la subsistencia. Botánicamente, el esparto, conocido científicamente como Stipa tenacissima, es una gramínea adaptada a condiciones extremas de calor y aridez. Su estructura incluye hojas delgadas que se enrollan para reducir la pérdida de agua y altas espigas polinizadas por el viento.
“Históricamente, el esparto ha sido usado en regiones áridas como el Valle de Ricote en Murcia, zonas de la Alcarria conquense, Guadalajara y el sur de Madrid”, explica Tirso Moreno. “Este paisaje seco fue ideal para su crecimiento y explotación. Durante la posguerra, era común que personas desesperadas por la miseria robaran manojos de esparto para su uso o venta, arriesgándose a ser capturados por las autoridades”.
Los ciclos
“La recolección del esparto se realizaba en verano, cuando era más fácil arrancarlo sin dañar la planta”, apunta Tirso. “Se utilizaba para elaborar múltiples productos, desde cestería hasta cuerdas, con técnicas variadas como la pleita, un trenzado que permitió la creación de utensilios como serones, albardas o alpargatas. El esparto también tenía usos secundarios: las hojas secas servían como combustible y las espigas para escobas”.
Técnicas
“El tratamiento del esparto incluía varios procesos, como el secado, el cocido para fermentarlo, el picado para extraer fibras y el rastrillado para seleccionar los hilos más finos”, apunta Moreno.
“Según el tipo de fibra y su densidad, se destinaba a diferentes propósitos. Estas técnicas manuales requerían gran habilidad, lo que refleja una profunda conexión entre el artesano y la materia prima”.
Otros usos
El esparto también tenía aplicaciones alimenticias y medicinales. Desde antiguo se ha usado para moldear quesos, práctica que se refleja en el trenzado característico del queso manchego, aunque ahora se emplean moldes de plástico. “Pese a su importancia histórica, el uso del esparto ha disminuido drásticamente en el último medio siglo debido a la llegada de materiales sintéticos como el plástico”, matiza Moreno.
Hoy, iniciativas como talleres artesanales y proyectos de investigación buscan preservar la memoria del esparto y revitalizar su uso. “Personas y entidades, como José Fajardo de la Universidad Popular de Albacete, están documentando sus técnicas y promoviendo su recuperación. En Cuenca y otras regiones, hay esfuerzos por devolverle relevancia como material sostenible y culturalmente significativo”, destaca Moreno.
El albardín
El albardín es un pariente botánico del esparto que crece en las estepas salinas de La Mancha, en los humedales de esta comarca y en lagunas como la de El Hito. “Aunque actualmente su uso artesanal ha desaparecido, se emplea en restauración paisajística y control de la erosión”, apunta Tirso.
“El esparto es un símbolo de la conexión entre el ser humano y la naturaleza”, concluye. “En una era dominada por lo artificial, recuperar el contacto con materiales naturales como este nos invita a valorar las tradiciones y el ingenio de las generaciones pasadas”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy...