La clave es la igualdad

Albacete

Iba a empezar pidiendo perdón por el retraso, porque han pasado diez días desde que el 25N se conmemorase el Día para la Eliminación de la Violencia de Género. Pero me he arrepentido en el último momento, porque no creo que hablar de violencia machista y trabajar de una u otra forma para combatirla sea cosa de un solo día al año.

El caso es que 25 de noviembre, participé en un acto en Munera y estuve mirando las cifras oficiales que, hasta ese momento, ofrecía el ministerio de Igualdad. Me refiero a las cifras de mujeres asesinadas por parejas y exparejas. Siempre resulta desgarrador asomarse a los datos que entonces, insisto, hace diez días, era de 1.283 asesinatos en España desde 2003, 39 en lo que llevamos de año. Otra cifra de víctimas mortales: la de 10 menores en 2024, 63 desde 2013. Vuelvo a insistir: hace solo diez días de esos números.

Hoy, cinco de diciembre, se me ha ocurrido volver a mirar. Hay un menor y cinco mujeres más asesinadas. Cinco en diez días. Y, ojo, porque esto solo son las cifras oficiales que ofrece la Delegación del Gobierno contra la violencia de género, porque los feminicidios son más… siempre son más… porque también son víctimas de la violencia machista las mujeres prostituidas, algunas asesinadas; las mujeres víctimas de agresiones sexuales, algunas asesinadas; las mujeres de distintos orígenes étnicos o nacionalidades, algunas asesinadas; o las mujeres y niñas, sobre todo niñas, a las que mutilan sus genitales. Os recomiendo que visitéis la web feminicidio.net, donde sí se contabilizan estos casos. Ya van por 86.

En el acto institucional en el que intervine en Munera, había un lema: que la única cifra sea cero, es el que eligió el Gobierno regional para conmemorar ese 25N. Pero, mientras sigan produciéndose micromachismos; mientras haya cofradías que impidan, de facto, que las mujeres porten imágenes; mientras que exista brecha salarial; mientas se cuestione nuestro derecho a decidir sobre nuestra vida sexual y reproductiva; mientras la conciliación siga siendo muy mayoritariamente cosa de mujeres; mientras se siga asociando roles y conductas distintas a niñas que a niños;  mientras haya negacionistas que consideren la violencia de género una cuestión ideológica o que equiparan el feminismo con el machismo; mientras todo eso ocurra, será imposible llegar a la cifra cero. Y es que solo hay una clave: la igualdad.