Godofredo

Albacete

El pasado día 12 a las siete de la tarde todos estábamos allí, en la Librería Popular de Albacete, rindiendo homenaje fraternal a un notable de la ciudad. El motivo, la excusa diría yo, fue asistir a una nueva demostración artística del dibujante, muralista, pintor y diseñador de Albacete Godofredo Giménez, conocido y valorado por sus espectaculares retratos, arquitecturas, paisajes rurales, bodegones y alguna que otra dedicación profesional como fue la decoración. Godofredo es parte de la aventura local en nuestra ciudad, de su leyenda. Nacido en 1933 en la calle Iris ha tenido tiempo y lo ha aprovechado al máximo. Cuando en los ambientes artísticos del país comenzaban a reafirmarse las nuevas tendencias, las novedosas vanguardias del arte del pasado siglo, Godofredo ya estaba apuntado a todas aquellas reacciones vigorosas abrazando muchas de aquellas querencias sin dejar de mirar hacia los tradicionalismos. El artista, que hoy descansa obra en la Librería Popular, practicó los rastreos a diversos estilos: el horizonte o la campiña, la figura humana, la naturaleza muerta... “En vez de investigar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando -en Madrid- (su primera referencia doctoral) nos dedicábamos a pintar bien, con buen oficio, con la mayor técnica posible”, le confesó un día a Rubí Sanz, otra adelantada de nuestra ciudad..

Ahora tras el transcurrir de los años y compartir con otros clásicos inolvidables muestras e iniciativas al margen de su propia aventura personal, ha querido mostrar algunos de sus trabajos más o menos recientes -ya de este siglo- apoyado y animado por sus numerosos amigos, conocidos o leales a su magisterio, como el propio alcalde de la ciudad, Manuel Serrano, al que no le dolieron prendas mostrarlo a todos con un delicado prologo de cercanía y consideración. Todo ello avalado y presentado con un formidable texto en el catalogo de la muestra, por cierto con un oportuno y extenso auxilio biográfico, por parte del escritor y periodista Andrés Gómez Flores, que no tuvo reparo alguno en comentar bajo el primoroso título “Recuento” que (cito literalmente) esta muestra debe alentar el reconocimiento general que la obra de Godofredo Giménez merece. Y no solo a nivel albaceteño que eso, con ser mucho, no es nada para los méritos artísticos y humanos de esta figura de las Artes y las Humanidades. Apuntaba el autor.

Esta aparición, casi por sorpresa de Godofredo revitaliza otra vez, y van ya unas cuantas, la asistencia al archivo personal de catálogos y detalles del propio autor como la contemplación una vez más de aquella Bicicleta mítica casi producto del abandono o del tiempo, presentada en el 78 que no deja de sorprender, avalada la mirada por su sorprendente realismo. O algunos otros cuadros históricos: como Los Albornoces del 99, la Cerca y Pinos y Los Tres Cascos ambos ya de este siglo y presentes en la muestra, o el Homenaje a Quijada del 99, El Mono del 94, La Bombona del 92... en fin Godofredo Giménez en vena y a vuestra disposición visual hasta el 9 de enero del próximo año en la Librería Popular.

Otro detalle que nos regala esta Navidad.