La osadía de no saber

Toledo

Ayer, como cada noche, di un repaso a mis redes sociales para ver la prensa local y nacional, y vi la noticia de que un coche cerca de Zocodover ardió.

Siempre me gusta ver los comentarios al respecto, y me llamó la atención de que la gran mayoría decía que había ocurrido porque era un coche eléctrico o se reía del asunto, pero ninguno se preguntaba, por ejemplo, por cómo estaba la persona que había sufrido el hecho de perder su coche de tal manera, así que busqué la noticia completa en un periódico digital y la leí.

El coche en cuestión, que quedó totalmente calcinado, era un Citröen Xara Picasso, y, salvo error por mi parte, no hubo daños personales, cosa que me alegra muchísimo.

Busqué información sobre el modelo del vehículo, y dejó de fabricarse hace 10 años y jamás hubo una versión híbrida ni eléctrica, lo que me llevó a hacerme la siguiente pregunta, ¿por qué la gente opina sin saber? ¿desde cuándo está bien visto soltar lo primero que se te pasa por la cabeza sin una reflexión previa? ¿cuándo empezó a estar bien visto el no tener ni idea de lo que hablas, pero defenderlo a capa y espada?

Como sociedad, bajo mi punto de vista, debemos hacer un esfuerzo para antes de hablar sin saber, informarnos correctamente de fuentes fiables, y luego ya sí, hablar con conocimiento de causa y promover esto a todo nuestro entorno.

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Algunos me dirán que lo hacen amparados en su libertad de expresión, libertad que tenemos todos los españoles gracias a la lucha de muchos demócratas amparada por la Constitución española, pero usemos este derecho con conocimiento de causa y usemos la cabeza para algo más que tenerla sobre los hombros.