El enigma de la Estrella de Belén al descubierto: tradiciones y astronomía
El astrónomo del Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, José María Sánchez, aportada datos históricos y científicos
Cuenca
La Estrella de Belén, que adorna nuestras casas y calles en Navidad, ha sido objeto de debate durante siglos. Para entender su origen, es necesario remontarse en el tiempo y examinar celebraciones que precedieron a la Navidad cristiana.
“La fecha de esta festividad coincide con un evento astronómico significativo: el solsticio de invierno, que ocurre entre el 21 y el 22 de diciembre, marcando el día más corto del año y la noche más larga”, explica José María Sánchez, astrónomo del Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha.
“Este momento era crucial para las antiguas civilizaciones, que veían cómo la luz comenzaba a ganar terreno nuevamente, simbolizando esperanza y renovación”.
El solsticio en la historia
Muchas culturas antiguas celebraban este evento. “Por ejemplo, en el neolítico, se construyeron monumentos como el túmulo de Newgrange, orientado para alinearse con la salida del Sol en el solsticio de invierno”, apunta Sánchez. “En la antigua Roma, estas fechas coincidan con festividades como el ‘Natalis Solis Invicti’ o nacimiento del sol invicto, el 25 de diciembre. También celebraban las Saturnales, que comenzaban el 17 de diciembre, con decoraciones de vegetación, velas, regalos y banquetes en honor al dios Saturno. Estas tradiciones se transformaron con la llegada del cristianismo, que adoptó muchas de estas prácticas para sus propias celebraciones”.
La fecha de la Navidad
El Papa León I, en el año 449, estableció el 25 de diciembre como una de las principales festividades cristianas, y en el 529, el emperador Justiniano la declaró fiesta oficial. “Aunque la fecha de Navidad tiene sus raíces en tradiciones paganas, su significado fue reinterpretado para conmemorar el nacimiento de Jesús, una fiesta que seguimos celebrando hoy con regalos y encuentros familiares”, explica el astrónomo.
Con el contexto histórico y astronómico claro, surge la pregunta: ¿qué fue la Estrella de Belén? “Para responder, es importante determinar el periodo en el que nació Jesús. La mayoría de los estudiosos sitúan su nacimiento entre los años 5 y 6 a.C., basado en evidencias como la muerte de Herodes, que ocurrió en el año 4 a.C.”, explica Sánchez. “Este error en el cálculo del inicio de la era cristiana se atribuye a Dionisio el Exiguo, quien, al formular el calendario cristiano, omitió cuatro años del reinado de Octavio y el concepto del año cero, que los romanos no utilizaban”.
La estrella de los Evangelios
“Según la tradición escrita vemos que sólo hay alguna referencia, más bien breve, en el Evangelio de San Mateo”, destaca el astrónomo:
Mateo 2,1 dice:
Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén, preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo. »
Más adelante, en Mateo 2,7, la estrella se menciona por segunda vez:
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y averiguó cuidadosamente el tiempo transcurrido desde la aparición de la estrella.
Y, finalmente, en Mateo 2,9-10 se menciona dos veces más:
Después de oír al rey, se fueron. Y la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que vino a pararse encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella sintieron inmensa alegría.
“San Lucas menciona que los pastores vigilaban sus rebaños al aire libre, algo poco probable en diciembre debido al clima en Belén. Es más factible que el nacimiento ocurriera entre marzo y abril, coincidiendo con la temporada de partos de las ovejas. Algunos expertos sugieren que la posada llena podría indicar la Pascua judía, que en el año 5 a.C. cayó el 21 de marzo”, apunta Sánchez. “No encontramos ninguna mención en autores romanos de la época, como Suetonio o Plinio el Viejo”.
Los magos de Oriente
Respecto a los magos de Oriente, los Evangelios no mencionan su número, procedencia exacta ni que fueran reyes. “Se les denomina "magos", probablemente sacerdotes zoroastrianos de Persia, conocidos por su conocimiento astronómico y tradición mesiánica”, explica el astrónomo. “Varios indicios apuntan a Persia como su origen, incluyendo representaciones tempranas de la natividad donde aparecen con vestimenta persa. Es probable que fueran astrólogos que interpretaron un fenómeno celeste como la señal del nacimiento del Rey de los judíos”.
La Estrella de Belén
“La identificación de la Estrella de Belén plantea varios desafíos”, dice el astrónomo. “No pudo ser el cometa Halley, ya que este fue visible en el año 12 a.C., ni ningún otro cometa conocido en las dos décadas siguientes, ya que los cometas solían asociarse con desgracias. Tampoco es plausible que fuera un meteoro o la conjunción de planetas, debido a su brevedad o falta de espectacularidad”.
“Sin embargo, en el año 7 a.C. se produjo una triple conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis, que pudo haber sido significativa para astrólogos persas”, destaca Sánchez. “Aunque esta conjunción ocurrió dos años antes del probable nacimiento de Jesús, podría haber sido interpretada como un presagio del evento”.
“Más relevante parece ser una posible nova observada en febrero del año 5 a.C., registrada por astrónomos chinos y coreanos”, dice el astrónomo. “Esta estrella nueva, visible durante al menos 70 días en la constelación del Águila, habría aparecido en el este del cielo matutino, coincidiendo con la dirección de Belén desde Jerusalén. Si los magos partieron al amanecer, la estrella les habría guiado hacia su destino”.
En resumen, la Estrella de Belén es un fenómeno astronómico que sigue fascinando a historiadores, teólogos y astrónomos. Las evidencias apuntan a una combinación de interpretaciones astronómicas y simbólicas de eventos como la conjunción de planetas o la aparición de una nova. Aunque no existe una respuesta definitiva, el misterio de la estrella sigue inspirando nuestra imaginación, recordándonos el legado de tradiciones que convergen en la celebración de la Navidad.