El trabajo comunitario, motor de cambio social
El distrito del casco Histórico supone para la ciudad un foco clave al que mirar
La mirada de Toledo: El trabajo comunitario, motor de cambio social (23/12/2024)
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Toledo
El otro día, conversando con mi amiga y compañera Isabel Ralero, comentábamos todo lo que queda por hacer por nuestros barrios y ciudades, pero también todo lo que se había avanzado.
Nuestra región cuenta, desde 2019, con una red de Barrios que se define como una forma de organización, que permite a las y los profesionales de Castilla-La Mancha intercambiar experiencias y metodologías de trabajo, con el fin de construir un trabajo en común que permita la búsqueda y definición de soluciones compartidas en torno a los diferentes retos que se plantean en la complejidad de un barrio, y lo mejor de todo, que generen acciones transformadoras de dichos barrios y, por lo tanto, de nuestras gentes.
Intermediación es una asociación para la mediación social e intercultural, con un largo recorrido desde su creación en 2007 en Toledo. Pero me gustaría hacer mención del trabajo que realizan en la reconstrucción de la identidad de barrio, en concreto del barrio del Casco Histórico de Toledo, en el que he tenido la suerte de crecer, vivir e incluso trabajar durante muchos años y en el que no descarto, si los precios de las viviendas en un futuro me lo permiten, volver.
De esta monografía comunitaria, se podría estar hablando horas, pero solo tengo un par de minutos, por lo que me gustaría destacar, por ejemplo, el impactante movimiento social, vecinal y ciudadano, las más de 40 asociaciones constituidas con sede en el Casco Histórico de Toledo, entre ellas un significativo número de entidades culturales, que se entremezclan con sus 103 edificios con valor monumental, 281 con valor patrimonial y 440 con elementos de interés patrimonial.
Sin embargo, también es necesario destacar los importantes retos socioeconómicos derivados de la dispersión urbana de sus barrios, desequilibrios en el reparto de recursos y la necesidad de seguir trabajando estratégicamente para avanzar hacia un nuevo modelo de ciudad más compacta, inclusiva, diversa y cohesionada. Así, el distrito del casco Histórico supone para la ciudad un foco clave al que mirar.
Ya lo dijo Gregorio Marañón y Bertrán de Lis en 1983 en una carta dirigida al ministro de Cultura de entonces en la que decía así: “El secreto de Toledo no se encierra en sus grandes monumentos. El misterio anima la ciudad entera, sus calles estrechas e irregulares, sus plazas y cobertizos, sus patios y jardines interiores, su paisaje de vocación mediterránea, el rumor del Tajo y los tañidos de las campanas, la vida sosegada de sus habitantes... No podemos modificar los distintos elementos de Toledo sin alterar radical y simultáneamente el todo del que forman parte. Desconocer este principio es precisamente la causa de los riesgos que acechan hoy a nuestra ciudad”.
41 años después estos riesgos diría yo, siguen acechando.
Natalia Simón
Decana del Colegio Oficial Sociología y Ciencias Políticas