¿Se la quieres colar a un cuñado con datos sobre medio ambiente?

Toledo

Acabamos de pasar el solsticio de invierno y en estas fechas celebramos la Navidad con la consabida cena de Nochebuena en la que seguro saldrán temas conflictivos entre familiares. Está en la naturaleza humana intentar rechazar evidencias con falsas afirmaciones carentes de datos empíricos como aquellas que indican que la tierra es plana o que el cambio climático realmente no existe. Para lo segundo os quería aportar un par de evidencias científicas que pueden ayudar a tener argumentos contrastados en caso de disputas.

En el año 2000 un grupo de investigadores especialistas en estudiar el clima liderados por el inglés Peter Stott publicaron un trabajo científico en la revista Science (https://www.science.org/doi/10.1126/science.290.5499.2133) que demostraba que el reciente cambio climático en el Siglo XX no se podía explicar únicamente por factores naturales (erupciones volcánicas, cambios en la radiación solar, posición de la Tierra respecto al Sol, etc.) sino que había que añadir los factores humanos (producción de aerosoles, desertificación o deforestación y producción de gases con efecto invernadero) para poder explicarlo de forma razonable. Por lo tanto, los cambios en el clima se explican por causas naturales pero el que estamos viviendo tiene un origen antropogénico que sin él no se explica. Este trabajo aporta los datos empíricos para demostrar esta evidencia.

En el año 2016 un grupo de investigadores liderados por la investigadora australiana Nerilie Abram demostraron en un trabajo publicado en la revista Nature (https://www.nature.com/articles/nature19082) que la señal de este reciente cambio climático se encuentra en la revolución industrial a finales del Siglo XIX y que es detectable en todos los continentes, incluyendo el Ártico, menos en el continente Antártico. Por lo tanto, el inicio del reciente cambio climático está íntimamente ligado a la revolución industrial que desarrolló nuestra sociedad como hoy la conocemos. Este trabajo aporta de nuevo los datos empíricos para poder afirmar esta evidencia.

En definitiva, espero que estas dos citas os ayuden a rebatir ideas negacionistas que no suelen aportar datos empíricos y seguro que ayudarán a que todos encontremos un punto de acuerdo rápido basado en la información fidedigna.

Una especie, un espacio

El sonido de esta semana corresponde a la lavandera blanca (Motacilla alba) que podremos observar estos días buscando alimento por el suelo. Es un pequeño pájaro muy estilizado con un aspecto muy distintivo, con larga cola y tonos blancos, negros y grises. Destaca el blanco y negro de su cabeza. En algunas localidades se la conoce como pajarita de las nieves y es fácil verla en esta época del año.

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Como espacio podemos proponer un paseo en una de estas tardes soleadas de invierno por las Barrancas de Bujurón (El cañon del Colorado toledano) donde tenemos un paseo circular de 4,5 kilómetros que permite a senderistas de cualquier condición física descubrir un paisaje insólito, el de las cárcavas coloradas de la orilla norte del embalse de Castrejón, en el Tajo, cerca de Burujón.