El 'sintecho' del Puente Nuevo

Talavera de la Reina

El 'sintecho' del Puente Nuevo se ha apañado encima de dos palés; un sucedáneo de colchón con cartones de una caja de frigorífico que alguien dejó fuera del contenedor de reciclaje. Lo hizo con mimo y cuidado infinito, dándole vueltas y revueltas hasta que quedó a su gusto.

El 'sintecho' del Puente Nuevo constantemente habla y gesticula a un interlocutor invisible con maneras nobles y suaves. No pide ni acepta ayuda. La rechaza, si se la ofreces, sin palabras, con una mueca de la cara que no llega a convertirse en sonrisa.

Come al rebusco del cubo de la basura del supermercado de la Plaza de Santa Leocadia y pasa toda la mañana a solana, sentado en los bancos de la orilla del río, compartiendo su soledad y comida con los gorriones más atrevidos. Aparece y desaparece como los gatos con la luna.

Al 'sintecho' del Puente Nuevo no le han pillado las neblinas sucias de finales de diciembre en su refugio. Siempre pienso que se va a hacia el sur, pero son solo suposiciones mías. Debe tener un circuito fijo y un ritmo; o no. Quizás vaya donde lo lleve Fortuna como los caballeros andantes.

Es posible que el 'barullo' de las fiestas de Navidad y las luces le hayan hecho levantar el vuelo de Talavera más temprano que de costumbre y ahora esté en camino a otro pueblo, a otra ciudad donde le esperan gorriones a la orilla de un río con los que compartir su soledad y su comida.

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