Alergias navideñas

Toledo

Otra Navidad más sin poder comer ningún dulce, es la maldición que tenemos las personas alérgicas a frutos secos. Da igual las vueltas que le des a la bandeja llena de manjares que tienes en casa y en casa de los demás, que todo puede darte alergia.

Es verdad, que en algún momento todos pensamos en probar algo, por si acaso esa alergia ha pasado, pero no vale la pena por el riesgo. Llevo 12 años castigada, 12 años leyendo atentamente los ingredientes por si acaso pueden afectarme.

Todavía recuerdo a qué sabían las almendras y las avellanas, por ejemplo, y en una tierra como la nuestra, qué sería de nuestras navidades sin un buen mazapán. Cada Navidad contando por qué no puedo comerlo, mirando con recelo en la despensa mientras veo a los demás cogiendo un polvorón, ¡qué ricos estaban!

Y el turrón…qué puedo decirles del turrón, otra cosa igual. Viendo en cada sobremesa y en cada visita a todo el mundo disfrutándolo .

Menos mal que, aun así, soy una chica con suerte, porque no me gusta nada el dulce, no piensen que tengo navidades amargas, se suple todo con manjares salados, una tiene sus recursos.

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Pero si bien es cierto, que algo tan tonto como ingerir una nuez o una almendra, te pueda matar, es alucinante. Cada Navidad espero con alegría a que llegue Semana Santa, porque a los ingredientes con los que se preparan las torrijas, no les tengo alergia, es una suerte.

Mi anécdota de cada Navidad es contar cómo empecé a tener alergia a algo que comía diario, siempre hay alguien que no lo sabe, y escucha extrañado la historia.

No todo es malo, soy una chica con suerte, el roscón de Reyes sí que puedo encargarlo y disfrutarlo de manera personalizada. Tener amigos que regentan una pastelería es una suerte.