Y que por lo visto 7.0

Talavera de la Reina

Y que por lo visto este año tampoco tapamos los agujeros de la ruina, ni soterramos el AVE. Lo que viene siendo que ni cenamos ni se muere padre.

Si la negativa al soterramiento lo hubiera hecho público el ministro de Transportes hace 20 años, Talavera estaría ardiendo. Pero como lo ha dicho veinte años después, hay calma chicha. El asunto del soterramiento del AVE a su paso por Talavera se remonta a mi llegada al Ayuntamiento, allá por el año 2000.

En principio pareció una buena idea porque hacía desaparecer el obstáculo que impide crecer a la ciudad hacia el norte. Fui testigo de declaraciones de ministros, de firmas de protocolos, de cenas con el secretario de Infraestructuras, de reuniones con los ingenieros encargados de la redacción del proyecto. Tuve en mi mano el trazado con sus cotas y todo: en total cuatro kilómetros soterrados de se iniciaban en el entorno de Los Turieles y terminaban pasado Patrocinio.

Hasta un viaje a Vic, ciudad catalana, programé para ver su proyecto de semisoterramiento. En fin, que soy una autoridad en esto. No sabía yo que el AVE se iba a convertir en una quimera y que el soterramiento iba a acabar en nada. A la vez que para Talavera, el ministro ha hecho público el trayecto de Toledo. Allí sí que se oyen las voces. Leo que, incluso, han logrado retirar la vía 180 metros de una urbanización.

Ya quisieran los vecinos de los Turieles o de la calle Paralela esos 180 metros. La línea a cielo abierto afecta a Institutos, colegios, iglesias protestantes, iglesias católicas, residencias de ancianos y vecinos con balcón a la vía. Se van a divertir viendo y escuchando el estruendo.

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Entre el primer viaje de ferrocarril en España allá por 1848 y la llegada del ferrocarril a Talavera en 1875, pasaron 27 años. Entre el primer viaje del AVE en 1992 y ahora mismo han pasado 32 años y nada de nada. Vamos, circulen.