Las Tablas de Daimiel, con solo un 3 por ciento de su superficie encharcada, pone en marcha los pozos de emergencia
Una medida que se toma por la mala situación del Parque Nacional que sólo tiene un 3 por ciento de la superficie encharcada. El año pasado también se pusieron en marcha los pozos logrando inundar el 36 por ciento de la superficie
Tablas de Daimiel (Ciudad Real), 29 dic. EFE/ Jesus Monroy / Jesus Monroy (EFE)
Ciudad Real
El pasado 16 de diciembre los pozos de emergencia del Parque Nacional de la Tablas de Daimiel comenzaron a bombear agua a la superficie ante la mala situación que presentan: tan solo 60 hectáreas inundadas de las 1.734 hectáreas que son susceptibles de estarlo, lo que supone en torno al 3% de la superficie total.
El objetivo de esta medida excepcional es por un lado evitar los posibles incendios de las turbas y por otro que las aves acuáticas tengan un espacio donde pasar el invierno, como ha explicado Susana Jara, directora general de Medio Natural y Biodiversidad.
El 2023 el parque nacional también tomó esta medida, activando entonces la batería de pozos de emergencia el 19 de diciembre, aportando unos 10 hectómetros cúbicos de agua al parque nacional, medida que estuvo activa hasta el 15 de abril de 2024, logrando inundar 623 hectáreas, el 36 % de la superficie del vaso lagunar.
EFE/ Jesus Monroy / Jesus Monroy
EFE/ Jesus Monroy / Jesus Monroy
El vocal representante de las ONGs ecologistas regionales en el Patronato del Parque Nacional, Rafael Ubaldo Gosálvez Rey, considera adecuada esta medida ante la situación que presenta, motivada en gran medida, señala, por las extracciones para regadía en el Alto Guadiana: aunque el sector ha hecho un importante esfuerzo en la mejora de la eficiencia, el ahorro ha permitido un aumento de hectáreas.
En este sentido, ha remarcado que estos datos estimaban que era necesario rebajar la cantidad de agua destinada al regadío entre 200 y 250 hectómetros cúbicos, que es lo que se estima se está consumiendo por encima del recurso renovable, es decir, del agua que se recupera a través de las lluvias.
"En el ámbito territorial del Alto Guadiana se está gastando mucha más del agua que se recoge por lluvia", hasta el punto, ha advertido, que en el último patronato se hablaba de que el vaciado del Acuífero 23, declarado como sobreexplotado de forma provisional en 1987 y de forma definitiva en 1994, acumularía un vaciado de 2.000 hectómetros cúbicos.
EFE/ Jesus Monroy / Jesus Monroy
EFE/ Jesus Monroy / Jesus Monroy
Gosálvez ha asegurado que estos datos revelan como el "expolio del agua" continúa año tras años en el Alto Guadiana, y todo ello, a pesar de que las ONGs reconocen el esfuerzo que la agricultura está haciendo por regar menos, aplicando métodos más eficaces.
Sin embargo, ha dicho, este esfuerzo "no sirve de nada, si la cantidad de agua que se libera, de esa eficiencia, es para poner más riego, porque el desastre se sigue produciendo".
La activación de la batería de pozos, que fue solicitada hace un mes por la comisión mixta de gestión de los parques nacionales de Castilla-La Mancha a la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), comenzaba estos días a inundar la zona conocida como la laguna permanente en el parque nacional.
