¿Cuál ha sido el efecto de las recientes lluvias en la cuenca del Segura y sus embalses en Albacete?

Albacete

En la cuenca del Segura, la Plataforma en Defensa de las Fuentes destaca que, aunque ha llovido a lo largo del mes de marzo, la cantidad de agua no ha sido significativa debido a un invierno seco. La infiltración del agua en el suelo está ayudando a recuperar los acuíferos de cabecera, pero el nacimiento del río Segura apenas ha comenzado a mostrar signos de recuperación.

El elevado consumo de agua en los 2 embalses más importantes de la Confederación Hidrográfica del Segura (Cenajo y Fuensanta), provoca que el déficit sea prácticamente permanente. Desde el 28 de febrero, se ha producido un incremento de 30 hectómetros cúbicos en ambos embalses (y desde el 30 de septiembre de 71 hm3). Ambos embalses tienen una capacidad conjunta de 647 hm3 (437 hm3 Cenajo y 210 hm3 Fuensanta) lo que representa un 57% del total de la cuenca. Actualmente, disponen de 133.7 hm3 (20,7% de su capacidad); por encima de la mediana del período 1981-2025 (111 hm3).

Lo cuenta Stefan Nolte, portavoz de la plataforma en la sierra del Segura, que advierte sobre la excesiva demanda de agua en la cuenca del Segura, lo que podría llevar a un agotamiento de los recursos durante el verano.

Explican que, la cabecera del Segura no presenta situación de sequía desde 2017: las estadísticas de aportaciones a los embalses confirman la normalidad hidrológica, por lo que derivan el problema al elevado consumo de agua (regadío intensivo) y la imprudencia en la gestión por parte de regantes y Confederación.

La plataforma concluye subrayando la importancia de las arenas que el río Segura lleva a la Manga del Mar Menor, esenciales para su conservación. Ya explicaron que, las imágenes espectaculares del noroeste murciano, no representan la situación de toda la cuenca.

Durante los últimos años, hemos comenzado a experimentar cómo los fenómenos meteorológicos adversos se vuelven cada vez más impredecibles, violentos y recurrentes. El cambio climático está propiciando que desastres como las inundaciones o las sequías sean cada vez más habituales, sobre todo, en lugares y épocas del año que antes no lo eran.

Lo pone de manifiesto, entre otros, los últimos acontecimientos que se han vivido en zonas como Madrid, Toledo o Andalucía, que se han visto afectadas por copiosas precipitaciones, elevando considerablemente el nivel de los ríos, y generando inundaciones. Esto supone una gran problemática para los ciudadanos y las administraciones públicas, ya que implica un riesgo creciente.

La predicción se convierte, por tanto, en una herramienta esencial para paliar estos efectos. La orografía es la que realmente determina cómo impactan los fenómenos atmosféricos en una zona concreta.

Nuestro país se sitúa a la cabeza europea en lo que a cauces fluviales se refiere, el Instituto Geográfico Nacional contabiliza alrededor de 35.000. Esto conlleva que una gran parte de la población desarrolle su vida en torno a ríos, arroyos, gargantas, barrancas o rieras, algo que, de forma natural, multiplica exponencialmente el riesgo ante estos fenómenos.