Kit de supervivencia
Me niego a que el fin del mundo me pille disfrazado de deportista advenedizo

La mirada de Toledo: Kit de supervivencia (01/04/2025)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Toledo
Buenos días, Carlos. Buenos días, oyentes.
Aunque no nos ha quedado muy claro qué es lo que viene, en casa nos hemos tomado muy en serio la recomendación de la UE de preparar un kit de supervivencia para estar listos para lo que venga,
La tarea, ha recaído en uno de mis hijos (que por cierto, mañana cumple 16, felicidades, Miguel) y el pobre ha optado por tomar las decisiones en abierta y participativa asamblea familiar. Cosas de la edad. Y claro, la cosa se ha desmadrado; lo que iba a ser una pequeña bolsa a lo MacGyver ha devenido en el baúl de la Piquer.
Les cuento: sólo con las baterías externas que prevén necesarias para alimentar sus móviles durante tres días, se nos ha llenado la caja que habíamos elegido. Eso, y un número indeterminado de cargadores de distintos tipos para tablets, ordenadores, móviles, altavoces…. Apocalipsis sí, pero conectados.
Casi imposible está siendo el consenso con el listado de conservas de comida a incluir; mis hijos no valoran el milagro gastronómico que se esconde al fondo de una lata de fabada Litoral y están empeñados en encontrar pizza liofilizada, hamburguesas en conserva o hummus no perecedero. Que seguro que hay.
Obviamente hemos tenido que habilitar también otra caja para todos los tipos de pilas disponibles en el mercado, así como un espacio adicional para la bebida; ya saben agua con o sin gas, refrescos varios y unos botes de kétchup que no son bebida pero que me dicen que son imprescindibles.
Hemos añadido también una maleta para la ropa de emergencia, se apostaba por llevar sólo chándal y ahí, lo reconozco, me he plantado; me niego a que el fin del mundo me pille disfrazado de deportista advenedizo.
Finalmente, y ante la imposibilidad de meterlo todo en una caja y dejarlo a buen recaudo, hemos optado por desalojar una estancia de la casa e inaugurar la “habitación de supervivencia”, “SURVIVAL ROOM” que queda más apocalíptico. No será necesaria llave puesto que instalaremos un dispositivo automático de acceso con código alfanumérico al modo de los apartamentos turísticos toledanos, que a nosotros a modernos no nos gana nadie.
Cada miembro de la familia dispondrá de un listado completo de todo lo que haya, no hemos acordado si será en Excel, Canva o Powerpoint, pero cobra fuerza la propuesta de que se resuma en un escueto audio de 6 minutos en el grupo familiar de guasap.
En el interior, todo estará perfectamente colocado en una amplia estantería (que también será de supervivencia) y organizado en perchas y baldas por riguroso orden alfabético.
Yo, ante este caos y temiéndome lo peor, he pedido un huequito en la “C” para meter tres libros (Conrad, Cortázar y Capote) y unas cervezas y otro en la letra “B” para dejar unos discos de Billie Holiday, Beethoven (al menos la 2ª, la 5ª y la 7ª) y los Beatles. Bueno, y unas birras, que también empiezan por “B”.
No sé si así sobreviviré a lo que venga, pero se me va a hacer más llevadero. Seguro.
Hasta el martes que viene (si llegamos). Besos.
Javi Mateo

Javier Mateo
Educador social y exconcejal del Ayuntamiento de Toledo.




