La inusual imagen tras la crecida del río Tajo: se crea una "playa de arena fina" en Toledo

Toledo (Toledo)

La ciudad de Toledo, durante estos días, presenta una imagen poco habitual: la creación de una nueva playa junto al embarcadero de la barca de pasaje. Una nueva playa temporal creada por el depósito de sedimentos, tras la crecida del río Tajo. Una crecida de su caudal que sobrepasó los 480 metros cúbicos por segundo, días atrás.

Una playa que ha surgido después de que se haya retirado el agua que había ocupado este punto de la ribera del río. Una zona, coincidiendo con las jornadas de cielos soleados, que ha atraído a grupos de jóvenes y familias enteras, quienes han aprovechado a tomar los primeros rayos de sol. Todo después de casi tres semanas de lluvias continuadas. Una estampa idílica que contrasta con la calidad de las aguas, que siguen estando muy contaminadas por los diversos vertidos que se producen en la Comunidad de Madrid y en la provincia de Toledo.

También, muchos han sido los curiosos que, móvil en mano, se han desplazado hasta esta zona de Toledo para inmortalizar este momento. Una playa de "arena fina", tal y como describía uno de estos curiosos en el micrófono de la SER. Por su parte, otra de estas personas subrayaba que "yo receloso (...) si el río ha traído esto, muy limpio no vendrá". Junto a él, su familia aseguraba que "aunque sea provisional, es una imagen llamativa".

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De hecho, incluso viendo esta "nueva playa" en primera persona no se creían que fuera algo que había realizado el propio Tajo de manera natural "realmente cuando la he pisado, esta arena la han echado aquí de manera artificial (...) no parece normal, porque parece arena de playa, es muy fina". Eso sí, como desde hace más de medio siglo, el agua del río Tajo sigue siendo no apta para el baño por los altos niveles de contaminación.

La añoranza de tiempos pasados: casi 53 años sin poderse bañar en el río Tajo

Una playa que recuerda a cuando los habitantes de Toledo podían bañarse en su río Tajo. Un baño que se prohibió el 19 de junio de 1972 por la contaminación de sus aguas. Casi 53 años, esa contaminación sigue y, de hecho, el río continúa llevando un agua turbia, color verdoso y que ha arrastrado bastante basura, en forma de envases de plástico, electrodomésticos o multitud de toallitas.

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Además, más allá de esa imagen poco habitual, con la llegada de los sedimentos en forma de arena, se han podido acumular diferentes partículas que no son recomendables para la salud del ser humano. En esta línea, la llegada de esta cantidad de arena, ha ocultado la senda ecológica, así como los diferentes elementos del mobiliario urbano. Elementos como las farolas y algunos de los bancos, que esa crecida del caudal los ha arrastrado. Precisamente, en esta zona, se estaban realizando obras de mejora, dotadas con 400.000 euros, que se han borrado casi por completo con el aumento del nivel del río Tajo.