Cantero, pregonero: “Mi pregón de Semana Santa será literario, nazareno y de exaltación”
El escritor y periodista conquense, Juan Ignacio Cantero pregonará la Semana de Pasión conquense este viernes 11 de abril a las 20.00 h en el Teatro Auditorio José Luis Perales de la capital

Cantero, pregonero: “Mi pregón de Semana Santa será literario, nazareno y de exaltación”
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Cuenca
El escritor y periodista conquense Juan Ignacio Cantero será el pregonero de la Semana Santa de Cuenca de este 2025 en un acto que tendrá lugar este viernes 11 de abril, a las ocho de la tarde, en el Teatro Auditorio de Cuenca.
A sus 32 años, se convertirá en el segundo pregonero más joven de la historia de la Semana Santa conquense, solo por detrás de José de Miguel Carretero, que lo fue con 29 años.
La elección de Juan Ignacio se produjo tras ser propuesto por siete hermandades conquenses.

Juan Ignacio Cantero, pregonero de la Semana Santa de Cuenca de 2025.

Juan Ignacio Cantero, pregonero de la Semana Santa de Cuenca de 2025.
Cuando te pones la túnica, ¿en qué piensas? ¿Qué significa para ti ser nazareno hoy?
Cuando te pones la túnica piensas en muchas cosas, en quienes te han transmitido la tradición: tu familia, tus padres, tus abuelos… Piensas también en la fe, en la devoción y en el sentimiento que despiertan las imágenes y las hermandades. La Semana Santa es también identidad y cultura de nuestra ciudad. Es un reflejo de la idiosincrasia conquense. Cuando llevamos la túnica, representamos una fe, una cultura y una tradición que nos unen.
¿Está planchada ya la túnica?
¡Ya han salido de los armarios! [Ríe]. Las dejamos reposar unas semanas antes, como se suele decir, para que estén listas cuando llegue el momento. Es casi otra tradición: sacar las túnicas con antelación y preparar todo con mimo. Esto empieza pronto, pero hay que dejarlo todo listo antes.
¿Recuerdas tu primer desfile procesional como nazareno?
No podría recordarlo porque era muy pequeño. En Cuenca casi nacemos con la túnica puesta. Desde bebés ya nos sacan en las procesiones. Pero sí tengo grabado un recuerdo muy especial…
¿Cuál?
Correr por la procesión del Jueves Santo, persiguiendo a mi padre mientras él iba en el paso del Huerto. Yo era un niño y no sabía muy bien qué hacía allí ni por qué iba bajo un banzo. Me sentía un poco desubicado, pero entendía que estaba en algo importante para mi padre. Y él me supo transmitir ese sentimiento. Es un recuerdo muy bonito de mi infancia.
Desde aquellos primeros recuerdos del Huerto de San Antón, la Hermandad de tu padre, y tu implicación actual en la Hermandad del Bautismo… ¿Cómo ha evolucionado tu vínculo con las hermandades?
En el momento en que empiezas a colaborar, a ayudar, a participar activamente, se te empieza a tener en cuenta. En el caso del Bautismo, es una hermandad que apuesta por los jóvenes. Fui entrando poco a poco, aprendiendo de los que más saben, y en un momento dado consideraron que podía ser el representante ante la Junta de Cofradías. Llevo ya unos cuantos años trabajando en esa labor de unión entre la hermandad y la institución nazarena por excelencia. Me encargo sobre todo de la organización de la procesión, la relación con otras hermandades… Siempre con ilusión, intentando que todo salga como yo querría.
Paso titular del Huerto de San Antón. / Junta de Cofradías
Paso titular del Huerto de San Antón. / Junta de Cofradías
La Semana Santa de Cuenca se vive con intensidad, con muchos matices. ¿Cuál es tu momento favorito?
Es difícil quedarse con uno solo, pero siempre digo que soy de lágrima difícil. Me emociono, sí, pero no suelo llorar. Sin embargo, hay un momento que siempre me ha tocado especialmente: los tres toques del Domingo de Ramos en la Puerta de San Andrés y el primer redoble de tambor. La Hermandad de la Borriquilla me es muy querida, llevo en ella muchos años, tengo grandes amigos… Y ese instante, con los nervios a flor de piel, me emociona profundamente. Alguna lagrimilla ha caído, no lo voy a negar.
¿Crees que ha cambiado la forma de vivir la Semana Santa entre generaciones? ¿Qué valores debemos preservar?
No sé si ha cambiado la forma de vivirla, porque la intensidad es la misma. Pero sí puede que haya cambiado la forma de entenderla. La Semana Santa es reflejo de la sociedad, y si la vida cambia, ella también. Hoy los jóvenes tienen otra forma de informarse, de relacionarse con el mundo. Por eso, debemos adaptarnos. El sentimiento, la tradición, la cultura, eso se mantiene. Pero hay que dar paso a los jóvenes, como me lo dieron a mí. Ellos son el futuro, y debemos dejarles participar. Creo que ya se está haciendo, pero debemos seguir por ese camino.
Hablemos ahora contigo como escritor, como periodista, incluso como poeta. Muchos de tus textos tienen temática nazarena. ¿Cómo influye tu experiencia como escritor en la forma en que vives la Semana Santa?
La escritura es una expresión del alma, del sentimiento. Y el sentimiento nazareno es muy particular, muy profundo. Muchas veces es difícil expresar con palabras esa religiosidad popular, ese vínculo emocional con la Semana Santa. Pero la escritura, como ocurre con la poesía amorosa, te da un espacio para volcarlo. Desde pequeño, cuando escribía, ya me salían textos sobre la Semana Santa. Era mi refugio, mi forma de decir todo aquello que sentía. Creo que eso también ha influido en que hoy sea pregonero. Si mis textos logran expresar un poco de ese sentimiento, yo ya me doy por satisfecho.

Procesión del Hosanna en el Domingo de Ramos de 2024. / Junta de Cofradías de Cuenca

Procesión del Hosanna en el Domingo de Ramos de 2024. / Junta de Cofradías de Cuenca
El pregón
Juan Ignacio, sabes que el pregón es uno de los actos más esperados, porque es el inicio de todo, de la Semana Santa. ¿Cómo ha sido el proceso de escribirlo? ¿Dónde, cómo, cuándo le has ido dando forma?
Ha sido un proceso largo, pero muy marcado en el tiempo. Me nombraron pregonero en octubre, y hasta diciembre —siempre lo digo— no empecé a escribir nada. Fue en diciembre o enero cuando comencé de verdad. Antes de eso, me dediqué a leer muchísimo: pregones de Cuenca, de Sevilla, de distintos lugares... Quería empaparme del estilo, del tono, de esa forma tan especial de escribir. Tenía clara la estructura desde el principio, sabía lo que quería contar, pero había que darle forma. Fui desechando lo que no encajaba conmigo y quedándome con lo que sí. Para mí, escribir siempre empieza por leer. Y luego ya haces algo tuyo, algo propio. No ha sido muy complejo de escribir, porque es mi forma habitual de trabajar. Pero sí le he dado muchas vueltas a la hora de pensarlo. Me marqué plazos: “Para este mes tengo que tener esto hecho”. Espero que el resultado esté a la altura, que es lo que más me importa. Que Cuenca lo disfrute.
Has dicho en alguna ocasión que querías hacer un pregón literario y muy pegado al sentimiento. ¿Qué tipo de emociones te interesa despertar en quienes te escuchen?
Siempre lo digo: por suerte —o por desgracia, pero creo que por suerte— el pregón en Cuenca es el Viernes de Dolores. Eso significa que ya estamos prácticamente en Semana Santa. Lo que pretendo despertar es ese fervor, esas ganas de que llegue el Domingo de Ramos. Que la gente salga del auditorio enchufada, deseando oír los tres golpes en San Andrés. Cuando digo que quiero que sea literario, me refiero a eso: a tocar la emoción con palabras. Y creo que alguien de Cuenca tiene más fácil llegar a ese sentimiento nazareno, porque lo conocemos bien. No sé si lo lograré, pero mi pregón lo va a intentar.
Decías que has tenido tiempo de leer mucho. ¿Hay algún referente, algún pregón del pasado que te haya marcado especialmente o te haya inspirado?
Sí, hay varios. En Cuenca, siempre tengo muy presentes los pregones de José Miguel Carretero y Luis Calvo, que son muy conocidos, sí, pero es que realmente son muy buenos. También me gusta mucho el de Rafael Pérez Caballero. Y luego, fuera de Cuenca, hay pregones sevillanos que me han influido: el de Rafa Serna, el de Carlos Herrera... Aunque no sean conquenses, expresan muy bien el sentimiento nazareno. Por la forma de contar, de escribir, de emocionar… Son referentes que me han ayudado a perfilar lo que quería hacer.
¿Te has sentido más libre o más presionado al ser un pregonero tan joven?
No diría que me he sentido presionado. Pero sí era consciente de que se rompía una tendencia. En Cuenca, los pregoneros suelen ser personas con mucha trayectoria, con más años y experiencia. Este año se ha dado la vuelta a eso. Soy mucho más joven y, aunque no he sentido presión, sí he tenido esa sensación de que tenía algo más que demostrar. Si te nombran tan joven, tienes que demostrar por qué. Confío en tener esa capacidad. Y sobre todo, no quiero decepcionar. Si me han elegido, es porque creen que puedo hacerlo, y ahora me toca demostrar que no se equivocaban… y que yo tampoco me equivoqué al aceptar.
¿Ha habido alguna imagen, algún recuerdo concreto que te haya servido como chispa para empezar el pregón?
Más que momentos concretos, ha sido una búsqueda en la memoria, en el corazón. Mi pregón no es un pregón de recuerdos puntuales, sino una visión más general de lo que representa la Semana Santa como celebración. Hay vivencias personales desperdigadas por ahí, claro, pero no es lo central. He intentado expresar lo que creo que la Semana Santa puede significar para cualquiera, pero desde mi forma de sentirla y vivirla. Es un pregón personal, pero también pensado para tocar lo colectivo, lo que todos sentimos.
Si tuvieras que describir el pregón en tres palabras, sin hacer spoiler, claro, ¿cuáles serían?
Tres palabras… Difícil. Diría: literario, nazareno y de exaltación. De exaltación de los sentimientos conquenses y nazarenos. Eso creo que resume bastante bien el tono del pregón.
¿Qué le dirías a alguien que nunca ha vivido la Semana Santa de Cuenca? ¿Por qué tiene que venir?
Le preguntaría primero por qué no lo ha hecho ya. La Semana Santa de Cuenca está llena de vida, de color, de sentimiento. Y todo eso, en una ciudad patrimonio de la humanidad, que ya de por sí es preciosa, crea un entorno único. Las filas de hermanos, las imágenes en la calle, la representación de la Pasión en un Jerusalén casi a medida… Si alguien viene por primera vez, o se enamora de Cuenca, o de su Semana Santa, o de ambas cosas. Creo sinceramente que la nuestra está, si no la primera, sí entre las grandes pasiones del mundo. Así que, quien no la haya vivido, que se busque hotel y venga. Merece mucho la pena.

Luis Moya (izq.), cartelista de la Semana Santa de Cuenca 2025, junto a Juan Ignacio Cantero que será el pregonero. / Junta de Cofradías

Luis Moya (izq.), cartelista de la Semana Santa de Cuenca 2025, junto a Juan Ignacio Cantero que será el pregonero. / Junta de Cofradías
Y una última pregunta. Tengo en mente —y te pido que lo visualices tú también— el cartel de esta Semana Santa, el del fotógrafo Luis Moya, con esas manos y la imagen desde la espalda del Jesús de las Seis. ¿Qué significa para ti la palabra “hermandad”?
El cartel de Luis refleja perfectamente lo que significa la hermandad. Él lo explicó muy bien, pero es que se ve claro: esas manos anónimas, masculinas, femeninas, que sostienen, que empujan… Sabemos que en Cuenca el anonimato es difícil, nos conocemos todos. Pero ese trabajo más soterrado, del día a día, que no se ve tanto, es el que define una hermandad.
Trabajar de forma altruista, desinteresada, solo porque todo salga bien. Ese Jesús cargando la cruz, sostenido por las manos de todos, creo que representa a la perfección lo que somos. Un cartel precioso, y muy acertado.

Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...




