Próxima parada: Tomelloso
La firma de opinión del director del Común de la Mancha, Jaime Quevedo

La firma de opinión | Próxima parada: Tomelloso
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Ciudad Real
Tal y como suena. El objetivo de la integración ferroviaria de Tomelloso y Argamasilla de Alba vuelve a formar parte de la agenda de todos los partidos políticos de ambas poblaciones gracias a que se ha reconstituido felizmente la Comisión en la que también empujan con renovadas fuerzas la Asociación de Amigos del Ferrocarril y la Plataforma Pro Servicios de la Comarca de Tomelloso.
Esta Comisión acaba de celebrar un primer acto informativo que impulsa una reivindicación tan justa como increíblemente menospreciada por el Gobierno de Castilla-La Mancha que sigue mirando para otro lado como si no tuviera nada que ver con sus obligaciones.
Y nada más lejos de la realidad. Cualquiera que acceda a la presentación del Ministerio de Transportes se encontrará con la siguiente distribución de competencias respecto a la definición de la Red Ferroviaria de Interés General: “Corresponde al Ministerio acordar en cada momento la inclusión de nuevas infraestructuras ferroviarias cuando razones de interés general –entre otras, accesos a los principales núcleos de población– así lo justifiquen, previo informe de las comunidades autónomas afectadas”. Ese respaldo previo del Ejecutivo autonómico es el que hasta la fecha no se ha producido nunca y evidentemente resulta indispensable para que el Ministerio de Transportes tome en consideración la integración del tercer núcleo de población de la provincia y el octavo de Castilla-La Mancha en la Red Ferroviaria de Interés General.
La historia del ferrocarril en la comarca de Tomelloso, que parte de mediados del siglo XIX, se sustenta sobre grandes proyectos que no se concretan y obras que se abandonan, sobre el titánico esfuerzo realizado por el gran Francisco Martínez Ramírez, el Obrero, que impulsó y logró la llegada del tren en 1914, y sobre las promesas electorales incumplidas que deberían sonrojar a quienes las formularon. Hasta aquí el Gobierno de Page no ha hecho el menor gesto para enmendar la plana a sus predecesores. Pero ha llegado el momento de acabar con este anacronismo absurdo que pervive tras cincuenta años de democracia. Si se afina el oído ya empieza a escucharse: “ding dong, próxima parada: Estación Don Quijote de Argamasilla de Alba y Tomelloso”. Ea.




