Los mejores embalses que existen en Castilla-La Mancha: uno por provincia
El historiador, Ángel Monterrubio, repasa en El Viaje empieza aquí los mejores embalses que existen en la región

Los mejores embalses que existen en Castilla-La Mancha: uno por provincia
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El profesor de Historia de la Universidad de Castilla-La Mancha, Ángel Monterrubio, ha creado su propia ruta de embalses por Castilla-La Mancha. Lo ha hecho eligiendo los más curiosos ya sea por sus características o por su capacidad.
Toledo: embalse en el Arroyo del Torcón
En noviembre de 1948 se inaugura el abastecimiento de aguas potables de la ciudad de Toledo. Las obras habían durado 4 años y tenían un presupuesto de 30 millones de pesetas. La solución que se buscó fue contruir un embalse en el Arroyo del Torcón, que está entre los pueblos de San Pablo de los Montes y Navahermosa, a 46 km de la ciudad de Toledo.
Las obras, después de presentado y aprobado el proyecto, habían empezado 1944 y las financiaban el Ministerio de Obras Públicas, el Ejército y el Ayuntamiento de Toledo.
El embalse tenía una capacidad de cuatro millones de metros cúbicos, y saliendo de él una red de conducción de canales cubiertos y sistema de sifones de nada menos que 60 km y una capacidad de 200 litros por segundo.
El objetivo era suministrar 200 litros de agua por habitante y día pensando en el futuro con una población de 70.000 habitantes (en aquello momentos Toledo contaría con una poblacion que no superaba los 38. 000 habitantes) de un agua procedente de una cuenca granítica perfecta y, por tanto de agua de buena calidad.
Pero desde que se inauguró la nueva traída de aguas hubo un problema, las frecuentes tormentas en los montes de Toledo, donde está situado el embalse del Torcón, que producían que el agua se enturbiara y trajera sedimentos, pocas veces abrían los grifos y el agua salía clara, los toledanos tenían que usar filtros.
Para solucionar el problema en 1959 se inició el proyecto y construcción de la estación depuradora para las aguas del Torcón, con un presupuesto de cinco- millones que se construyó en el Cerro de Palo junto a los depósitos reguladores que abastecían a la ciudad.
Y un año después el Ayuntamiento toledano aprueba el proyecto de ampliación y mejora de la conducción de agua a Toledo procedente del embalse del Torcón.
Albacete: embalse de Alarcón
Desde junio de 2002 la ciudad de Albacete se abastece de aguas del embalse de Alarcón mediante el canal del trasvase Tajo-Segura hasta la estación de tratamiento de agua potable de Los Llanos. De forma complementaria, el Ayuntamiento de Albacete dispone de un sistema de pozos que garantizan el suministro a la ciudad en casos de emergencias.

Las pruebas se desarrollan en las aguas del embalse de Alarcón en la localidad de Valverde de Júcar (Cuenca). / Club Kitesurf Centro

Las pruebas se desarrollan en las aguas del embalse de Alarcón en la localidad de Valverde de Júcar (Cuenca). / Club Kitesurf Centro
El pantano de Alarcón es un embalse ubicado en el curso alto del río Júcar, a 6 km de Alarcón, en la provincia de Cuenca. Es considerado como uno de los embalses de mayor importancia de España por su ubicación estratégica entre las cuencas del Tajo y del Segura y para la explotación del acueducto Tajo – Segura.
Y también, porque sin duda, conforma uno de los parajes más bellos de la Península e icono fotográfico ya de la región.
Aunque hubo intentos para construir un embalse para regular el río Júcar en los principios del siglo XX con varios proyectos, el más serio durante la II República en el año 37, no se llevaría a cabo hasta 1941 en que los regantes valencianos y usuarios hidroeléctricos acometioron la financiación de las obras.
Fue inaugurado en 1955 y terminado en 1970.
Desde 2001, mediante el Convenio de Alarcón, firmado entre el Ministerio de Medio Ambiente y USUJ, se efectúa una gestión conjunta de todos los embalses del Júcar, que ha sido ratificada por diversas sentencias del Tribunal Supremo.
El convenio garantizó el uso de recursos extraordinarios en caso de sequía (254 hm3 entre 2006 y 2008) y priorizó la modernización de los regadíos tradicionales del Júcar.
Guadalajara: embalse de Beleña y embalse de Alcorlo
Para Guadalajara fueron importantísimas las obras de traída de aguas a la ciudad desde los manantiales de las Fuentes de Torija a partir de 1878, año en que el Ayuntamiento hizo la primera subasta para las obras.
El agua potable que llegaba a la ciudad desde el manantial del Sotillo y el arroyo del Alamín no era suficiente para el crecimiento demográfico (8000 habitantes) sobre todo en épocas de estío. Lo que llevó al Ayuntamiento a acometer esa gran obra de abastecimiento.
No sería hasta 1884 en que empezara a llegar el agua a las primeras viviendas de la ciudad y la recepción definitiva de las obras de la llegada de las aguas desde Torija se dío por concluída en mayo del año 1911.

Embalse de Beleña

Embalse de Beleña
Desde las Fuestes de Torija, situadas entre los términos de Torija y Valdegrudas, se llevó el agua hasta Guadalajara, unos 20 km de distancia, por medio de canalizaciones soterradas y de acueductos para salvar los desniveles del terreno.
Además tuvieron que construir un enorme depósito en la ciudad para almacenar el agua con con capacidad para de 2000 metros cúbicos, una enorme construcción abobedada a la manera de los antiguos aljibes que aún se puede ver en la actualidad con sus sifones y valvulas originales, siguen formando parte de las infraestructuras hidráulicas de la ciudad .
En la actualidad el agua que se cosume en Guadalajara y pueblos limítrofes viene del embalse de Beleña, situado en el cauce del río Sorbe entre las localidades de Muriel y de Beleña de Sorbe, en la provincia de Guadalajara que fue inaugurado en 1982.
Desde 2009, el embalse de Alcorlo complementa al de Beleña para las necesidades que el crecimiento de la ciudad, el Corredor del Henares y Campiña tienen.
Ciudad Real: agua de El Valle de los Molinos
Desde principios de siglo XX Ciudad Real planteó la necesidad urgentísima de realizar obras de saneamiento y abastecimiento de aguas a la ciudad. Pero todos los proyectos salieron mal. En 1919 levantó mucha expectativa un proyecto presentado por el industrial vasco Rafael Picavea, para traer el agua del valle de los Molinos, se firmó toda la documentación y hasta en el cerro de La Atalaya se verificó el acto de la inauguración de las obras con colocación de la primera piedra en lo que iba a ser un gran depósito.
Pero la cosa quedó en aguas de borrajas y los problemas no hicieron más que empeorar con el aumento progresivo de la población.
Tanto que, en 1959, el Ministro de Obras Públicas, Jorge Vigón, fue nombrado hijo adoptivo de Ciudad Real por solucionar el problema de abastecimiento de aguas que la ciudad tenía planteado desde hacía tanto tiempo.
El Ayuntamiento consideraba que gracias al ministro fue definitivamente aprobado por el Consejo de Ministros el Proyecto de Abastecimiento de Aguas, gravísimo problema que tras su solución se venía trabajando desde hace muchos años por los componentes de la Corporación Local, y que ello viene a solucionar no sólo los inconveneintes y molestias que durante los veranos se presentan, sino que permitirá para lo sucesivo que la capital de la provincia pueda iniciar una vida industrial, que le es muy necesaria, para conseguir su engrandecimiento y poder llegar a parangonarse con otras capitales del país y era por tanto un hecho de la mayor trascendencia e importancia para el Ayuntamiento y la población de la Capital
La Cámara Municipal, uniendo los sentimientos de satisfacción a los de toda la población y de la Corporación Municipal lo hizo así constar en un telegrama elevado al Excmo. Sr. Ministro de Obras Públicas, D. Jorge Vigón Suero Díaz, nombrado Hijo Adoptivo de la Capital y el Ministro aceptó el honor. Las obras se inauguraron oficialmente el verano de 1960.
Cuenca y sus aguas medicinales de Beteta
El Valle de Solán, es conocido y reconocido como manantial de aguas medicinales desde época romana. Los pastores observaban que las cabras curaban de sus enfermedades de la piel cuando entraban en contacto con el agua.
En 1746, Pedro Gómez de Bedoya (1699-1776) publica en España una relación, ordenada alfabéticamente, de los términos municipales en que se encontraban las aguas medicinales, minerales y termales conocidas en aquella época y alaba esas aguas.
Entre los enfermos de aquel entonces, se encontraba el que más tarde sería ministro de la Real Hacienda, Pedro López de Lerena y de Cuenca (1734-1792), conde de Lerena, quien había tenido oportunidad de evaluar la calidad y eficacia de estas aguas.

Cascada del arroyo del Valle en el paraje de las Librerías de la hoz de Beteta (Cuenca). / Maria Jesús Moreno Segovia

Cascada del arroyo del Valle en el paraje de las Librerías de la hoz de Beteta (Cuenca). / Maria Jesús Moreno Segovia
López de Lerena contribuyó a que, en 1755, el rey Carlos III ordenara construir los baños y la casa hospedería que, todavía hoy, son parte de las instalaciones del Balneario de Solán. No mucho tiempo después, el agua de Solán de Cabras sería declarada de utilidad pública por el rey Carlos IV, en Real Decreto de 10 de abril de 1790, y el Balneario declarado Real Sitio.
De finales del siglo XVIII en el Memorial literario instructivo y curioso de la Corte de Madrid (Madrid) 7/1787página 84 la referencia del libro que ha escrito Juan Pablo Forner sobre las aguas medicinales de Beteta.
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"El Viaje empieza aquí" repasa las grandes proyecciones que se han llevado a cabo en Castilla-La Mancha