Semana Santa castellana

Toledo

Buenos días nos dé Dios, don Carlos.

Los oyentes que sigan esta sección ya habrán visto que insisto mucho en la cuestión de Castilla y lo castellano por dos motivos principalmente. Por un lado, porque es lo que nos une a todos los castellanomanchegos en particular y a todos los castellanos en general —recordemos aquello de… «De Santander a Puertollano todo es campo castellano»—. Y, por otro lado, porque es nuestra cultura.

Pues bien, nos encontramos en vísperas de una nueva Semana Santa. De hecho, mañana mismo es ya Viernes de Dolores y las procesiones comenzarán a hacerse notar. A colación de la Semana Santa y de lo castellano, hay algo que vengo notando a lo largo de los últimos años cuando estamos en estas fechas tan señaladas.

Poco a poco vamos dejando de lado el sentido, el significado y, sobre todo, el ser de la Semana Santa castellana, que es en la que se encuadra la toledana, para querer copiar las formas, las maneras y hasta la terminología y las palabras propias de la Semana Santa andaluza en general y de la sevillana en particular.

Desde el profundo respeto a una tierra maravillosa como es Andalucía, donde siempre me han tratado genialmente, y desde el mismo profundo respeto a una ciudad igualmente maravillosa como es la bella Sevilla, no puedo entender este triste —y cutre porque así lo siento como católico y castellano—intento de copiar o remedar la Semana Santa andaluza y sevillana.

La Semana Santa en el sur es igualmente preciosa y sentida, con unas formas y unas maneras propias de esa parte de la vieja piel de toro. Allí es donde dichas formas y maneras cobran más sentido por su identidad, tradición y esencia. En cambio, aquí en Castilla la Semana Santa tiene, o en algunos casos tenía, unas formas y unas maneras que la diferenciaban claramente de la andaluza y sevillana.

Estas formas y maneras castellanas alimentan, o alimentaban, la heterogeneidad cultural española en base, en este caso, a un fundamental hecho religioso como es la propia Semana Santa. Sólo puedo decir una cosa que vengo mencionando en los últimos años, recuperemos la sobriedad, recuperemos el silencio, recuperemos el carácter, recuperemos la mística, recuperemos el recogimiento, en resumen, recuperemos la auténtica Semana Santa castellana y toledana, copón.

Buenos días y a disfrutar de las torrijas.