Cumplan con su obligación

Talavera de la Reina

Talavera se derrumba. Un torreón de la muralla de la calle Carnicerías lleva meses apuntalado; sucumbe parte del puente viejo por la fuerza del río; se cae un muro de la casa de los canónigos; una almena de una torre albarrana amenaza con precipitarse al suelo y así, poco a poco, nuestro patrimonio da muestras de estar en franco peligro.

Pero solo es una llamada de atención sobre la falta de previsión, de cuidado y de mantenimiento. Una llamada que se puede extender a todos y cada uno de los ámbitos de la ciudad.

Decía Marx que la historia se repite dos veces, una como tragedia y otra como farsa. La tragedia fue la gestión nefasta del olvidado alcalde Jaime Ramos, y la farsa la estamos sufriendo ahora con la bicefalia sin rumbo que figura al frente del ayuntamiento talaverano.

El gobierno municipal no tiene la culpa de que llueva, pero sí de no tomar medidas para buscar y encontrar soluciones rápidas y eficaces.

El gobierno municipal no tiene la culpa de que las cosas se deterioren, pero sí de no acometer las acciones precisas para impedir que se continúe con el deterioro.

No basta, como hacen los ingenieros de taberna con echar la culpa Page, a Sánchez o al papa Francisco. Talavera es nuestra responsabilidad, es nuestra obligación y es nuestra exigencia.

Y el primer responsable de que Talavera no se vaya a pique es el que, frente a los resultados electorales, quiso gobernar, aunque tuviera que aliarse con el diablo.

La inmensa mayoría no los queríamos en el gobierno, pero ahí están. Cumplan con su obligación.