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La televisión local llevó la Semana Santa a los hogares de Cuenca hace 30 años

Anécdotas y curiosidades de la afanosa labor de retransmitir los desfiles nazarenos gracias a la profesionalidad y empeño de los redactores y técnicos de Telecuenca

La televisión local llevó la Semana Santa a los hogares de Cuenca hace 30 años

La televisión local llevó la Semana Santa a los hogares de Cuenca hace 30 años

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Cuenca

El cine, la radio y la televisión han tenido y tienen su protagonismo en la Semana Santa de Cuenca. Las primeras imágenes nos llevan hasta 1929 con la grabación de cuatro minutos del alcarreño Tomás Camarillo, aunque aparezcan datados en 1928, año en el que la lluvia impidió algunas procesiones. El documento cinematográfico de la Fox del Miércoles y Jueves Santo de 1932, proyectado en los cines españoles, o las imágenes de Barrachina de 1933. No podemos pasar por alto los documentales del No-Do, las imágenes nazarenas de la película Cuenca de Carlos Saura de 1958, y los reportajes de las televisiones francesa, alemana e italiana.

Y naturalmente, la televisión, nacional, regional y local, en este caso las retransmisiones de la desaparecida Telecuenca de las que se cumplen ahora 30 años.

Y la radio, con los programas especiales de SER Cuenca, en 1994 se emitía el programa Cáliz de Pasión, dirigido por Julián Recuenco, a los que siguieron otros colaboradores: Bajo el banzo con Lucio Mochales o La voz nazarena con Adrián López e Ignacio Blanco. Y en otras emisoras los presentados por Luis Calvo, Alejandro de la Cruz, Pedro Eduardo Pérez y Paco Alarcón, entre otros.

Pero en esta edición de Páginas de mi desván vamos a recordar que se cumplen 30 años de que la desaparecida televisión local llevó la Semana Santa a los hogares conquenses, lo que suponía una gran novedad y para ello contamos con la presencia de José Vicente Ávila, la voz y el alma de aquellas retransmisiones.

Supuso todo un acontecimiento, de manera especial para aquellas personas que por diversas circunstancias no podían estar en la calle. La retransmisión de la Semana Santa a través de Telecuenca y luego CNC, entre 1995 y 2007, fue para mí una experiencia muy gratificante, a pesar de las dificultades que ello entrañaba, sobre todo de cansancio y con temperaturas de abrigo y bufanda. Ya que me era difícil ser bancero, era mi banzo nazareno, que dedicaba a mi ciudad y provincia, pero expresamente para los enfermos e impedidos y personas de mayor edad que no podían asistir a los desfiles en la calle.

“En directo o en diferido, el esfuerzo era grande para todo el joven equipo de aquella incipiente televisión local, y de manera especial para mí”, recuerda José Vicente Ávila, “unas veces lo hacía bajo la luz de las estrellas de frías noches y aire que removía los papeles y otras en locales con la calefacción apagada o el techo hundido, una estufa y algún ratoncillo temeroso del ruido de tambores nocturnos”.

José Vicente Ávila y el cámara Antonio Angulo en un balcón de la calle del Agua grabando la procesión del Encuentro.

José Vicente Ávila y el cámara Antonio Angulo en un balcón de la calle del Agua grabando la procesión del Encuentro.

José Vicente Ávila y el cámara Antonio Angulo en un balcón de la calle del Agua grabando la procesión del Encuentro.

José Vicente Ávila y el cámara Antonio Angulo en un balcón de la calle del Agua grabando la procesión del Encuentro.

Las anécdotas

El primer año retransmitíamos desde el actual Museo de la Semana Santa, pero entonces era una Escuela Taller y encima de las mesas había restos de bocadillos, botes de cerveza, etc., y el suelo de madera estaba resquebrajado. Con una cámara en el balcón y otra enfrente, en la barandilla de Andrés de Cabrera, se grababa en falso directo. Al terminar, los cámaras bajaban a los estudios para montar la procesión con las imágenes obtenidas y las iban alternando, y se emitían al día siguiente con gran audiencia.

Esa primera noche mientras iba narrando noté algo raro en los zapatos. Con la poca luz que había noté que era una rata y casi salí corriendo, pero descendía el Medinaceli tras cantarse el Miserere y me pude contener, pues la Banda que le acompañaba empezó a tocar una marcha y con los papeles la espanté. ¡Tremendo susto!

Decías que mucha gente no podía salir de casa para ver las procesiones y con la televisión local pudieron cumplir sus deseos…

Podía enumerar muchos testimonios de personas que, gracias a la televisión, habían vuelto a ver su Semana Santa, a sus pasos y hermandades, que no contemplaban desde hacía mucho tiempo y en algunos casos casi desde un cuarto de siglo, como el periodista Jesús Sotos, que no salía a la calle. Me mandó una carta estremecedora. Pedro Bulili vino a visitarme para darme las gracias y decirme que hacía muchos años que no contemplaba la Semana Santa en la calle y la vio en el hospital…. tres meses después murió. Tuve testimonios muy emotivos y gente que pedía cintas para verlas durante el año. En esos primeros años tenía la colaboración de Joaquín Racionero que recitaba poesías suyas a cada paso o de poetas reconocidos y jóvenes.

Cada día con su procesión, pero el Viernes Santo con tres desfiles. ¿Cómo terminabais?

Totalmente extenuados. El Viernes Santo con sus tres procesiones grabadas, con la emisión el mismo viernes por la tarde la de madrugada y el sábado las restantes hasta que en 2000 llegó el directo. Recuerdo que un año fui a la Catedral para tomar unas notas de la procesión del Entierro. Al salir del templo, con las escaleras abarrotadas, pisé mal un escalón y caí entre la gente. Aceleré el paso para llegar al Conservatorio para narrar el cortejo junto a José Miguel Carretero, que era mi invitado. Al terminar la grabación noté que tenía el tobillo hinchado, casi sin poder andar. Con la propia furgoneta de la televisión me llevaron a urgencias del Hospital y allí tenían la televisión encendida con las procesiones. Las enfermeras de guardia se hacían cruces, pero el calvario lo tenía yo. Me vendaron el tobillo y a casa con un esguince de segundo grado con la obligación de estar una semana con el pie vendado en alto.

Quedaba la procesión del Domingo de Resurrección. ¿Quién te relevó?

Efectivamente, quedaba por retransmitir la procesión del Encuentro. Les di a los compañeros los nombres de tres avezados compañeros para que acudiesen a la Plaza de la Constitución, donde solía estar yo, bien en un balcón o en la furgoneta con un monitor, también con Carretero o Carlos Iserte. Hicieron gestiones pero no encontraron sustituto. Me llaman el sábado por la tarde: “Problema resuelto”, me dijeron por teléfono Sebas y Juanra “¿Cómo que solucionado?”, les dije.

La unidad móvil en la Plaza del Carmen en los directos de las procesiones.

La unidad móvil en la Plaza del Carmen en los directos de las procesiones. / José Vicente Ávila

La unidad móvil en la Plaza del Carmen en los directos de las procesiones.

La unidad móvil en la Plaza del Carmen en los directos de las procesiones. / José Vicente Ávila

¿Cómo solucionaron el problema de la narración?

Ahora que han pasado 30 años me asombra el ingenio y atrevimiento de mis jóvenes compañeros de entonces. Después de la procesión del Encuentro, se acercaron a mi casa, a primeras horas de la tarde, con la cinta editada de las imágenes del Resucitado y la Virgen del Amparo por Palafox y la calle del Agua, y el Encuentro con tracas y palomas; enchufaron el video a mi televisión, y yo con el pie en alto sobre una almohada en una silla, tuve que poner voz a esa procesión del Encuentro de 1998, que fue esa Semana Santa en la que la lluvia y la nieve dejaron imágenes para la historia. Pero a mis telespectadores no les faltó la retransmisión pese al esguince de tobillo.

Has comentado la Semana Santa pasada por agua y nieve de 1998, con procesiones en la calle.

Ese año 98 TVE-2 ofreció en directo los Santos Oficios desde la Catedral, lo que supuso una gran difusión de la ciudad y de la propia Catedral Basílica. Además, estaba previsto ofrecer en directo la procesión del Jueves Santo en el descenso. La lluvia se encargó de echarnos ese jarro de agua fría a una retransmisión muy esperada a nivel nacional e internacional. Sin embargo, desde Telecuenca pudimos grabar y emitir esa procesión de Paz y Caridad, en la subida, que había salido desde la parroquia de la Virgen de la Luz. El cortejo desfilaba por la calle de Palafox y cuando Jesús con la Caña marchaba por la mitad de esa calle y el Amarrado por la Audiencia, comenzó un fuerte viento seguido de lluvia y granizo. Impactante momento con la capa de Jesús casi al vuelo y banceros y nazarenos tapando las tallas con cubre-imágenes de plástico.

¿Cómo terminó esa procesión de Jueves Santo de 1998 con el viento y el agua?

Los nazarenos y banceros aligeraron la marcha capeando el temporal, buscando en la subida la iglesia de San Andrés por el Peso, y los más adelantados para llegar a la Catedral a paso ligero, arreciando la lluvia y el granizo cuando la Soledad del Puente llegaba hasta el punto donde teníamos las cámaras y en un santiamén fue llevada hacia Santo Domingo, para entrar la Virgen con su palio en la sede que se acababa de bendecir pocos días antes. Nazarenos y músicos corrían en desbandada en imágenes impactantes.

Pasado el tiempo quedan esos documentos videográficos para la historia, como han quedado los de la procesión En El Calvario de ese 1998, que se vio sometida a las condiciones meteorológicas cuando llegó a la Plaza Mayor. Descendía mermado el cortejo, mirando los hermanos al cielo y buscando la calle del Peso para acortar el recorrido, en caso de que volviese a llover. Redoblaban los tambores de la Unidad Militar y descendían con emocionante orden procesional los Cristos del mediodía…

Ese día caían copos de nieves y de nuevo la lluvia…

Eran pasadas las cinco de la tarde cuando la nieve cubría los rostros del Cristo del Perdón (La Exaltación), del Cristillo de Marfil y del Cristo de la Agonía; de La Lanzada y el Cristo de la Luz (el de los Espejos), del Cristo de la Salud (El Descendimiento)… Era una cortina de nieve continua que evocaba el Monte del Calvario, y entre las hiedras de Alfonso VIII parecía que la lanzada de Longinos hacía correr el agua en el costado de Cristo…

Imágenes irrepetibles que han quedado grabadas. Yo estaba narrando en uno de los balcones de la Casa de Clemente y Aróstegui, y ahí acabó el cortejo. Creía que el Descendido y la Virgen de las Angustias se habían quedado en la Catedral. Cuando recogíamos las cámaras y el micro, escuchamos sonidos de procesión. Habían pasado más de 15 minutos y ya había escampado; de repente apareció desfilando la cofradía de la Virgen de las Angustias, con el Descendido y su imagen titular. Impresionante. Lo nunca visto. Apenas llovía pero la procesión en El Calvario había quedado rota y por el Peso fueron pasando hasta llegar a sus sedes parroquiales y conventuales.

Creo que en algún año coincidiste con una retransmisión de TVE regional.

Dos veces. Fue en 1997 y 2003, el Miércoles Santo Santo. TVE, a través de Castilla-La Mancha, ofreció por vez primera en directo la procesión del Silencio, con antena en el Cerro del Socorro y estudio improvisado en el portal de mi casa, con permiso de mi madre. Allí instalaron la mesa y los monitores para los comentaristas. El presidente de la JdC, Manuel Calzada, les llevó varios libros para que se documentasen y unos nazarenos de metal como recuerdo. Mi madre, para más inri, les bajó un plato de tortilla de patatas y otro de chorizos.

Salí de mi casa para irme a la puerta del Colegio del Carmen, donde al raso y con viento, hablaba ante un pequeño monitor. Mi madre me presentó al director, Juan de la Cruz, quien al menos me dijo: “Anoche te vi en el Parador y para estar solo lo hiciste muy bien”. Y yo le dije, “y sin tortilla ni chorizos… ni libros, ni regalo”. Pasada la Semana Santa, el recordado Calzada me entregó un nazareno de metal que conservo.

El directo

Del falso directo con la obligada edición de la cinta de video llegó el momento de la verdad: el directo.

Fue en el año 2000, el del Nuevo Milenio, coincidiendo con la procesión extraordinaria del Nazareno de Sisante y la Virgen de las Angustias del Santuario. Al efecto se instalaron pequeños andamios para las cámaras en la calle Alfonso VIII y junto a San Felipe, además de la balaustrada de Andrés de Cabrera, con lo que la retransmisión duraba un poco más debido al canto del Miserere. Ese año ofrecimos en directo 28 misereres y seis Stabat Mater, hasta el punto de que tuvimos llamadas porque entendían algunos que era excesivo. Como la procesión del Martes Santo quedó suspendida por la lluvia se acordó que desfilase el Miércoles Santo con el cortejo del Silencio. En 2003 volvieron a desfilar en conjunto las procesiones del Perdón y del Silencio, y ya sería la última vez que lo hicieron.

Si las cuentas me salen sería doce pasos y varias bandas de música…

Justo, doce pasos y cinco bandas de música. La retransmisión en directo la iniciamos a las once menos cuarto cuando descendía la Banda de Tambores y Cornetas “Amigos de Cuenca” por la calle Alfonso VIII y mientras llegaba a San Felipe se iban emitiendo imágenes de las salidas previas desde San Esteban, El Salvador y San Pedro. En suma, la retransmisión concluyó a la una y veinte de la madrugada del Jueves Santo, tras dos horas y 35 minutos de emisión y yo hablando de pie bajo el balconaje del Colegio El Carmen, con aire fresquito, aunque era 19 de abril, pues aquel año el Domingo de Resurrección fue el 23, aunque la fecha más alta de la Semana Santa es la del 24 de abril, que lo fue en 2011.

Supongo que las fechas más bajan serán a mediados de marzo.

Recuerdo no hace mucho un San José festivo que era miércoles Santo. La fecha más baja de la Semana Santa ha sido un 16 de marzo, Domingo de Ramos, que ocurrió por ejemplo en 2008. El próximo año la Semana Santa se celebrará a caballo de dos meses, es decir, del 29 de marzo al 5 de abril. Las fechas varían según la primera Luna Llena de la Primavera.

Volviendo a Telecuenca, creo que alguna vez has comentado que en determinada retransmisión, ya en directo, te entró sueño.

-Menuda anécdota! Un año de luminoso día retransmitíamos en directo y Telecuenca ya se veía en más de la mitad de la provincia, sobre todo en Tarancón. En el descanso de la procesión en El Calvario me acerqué a la Plaza Mayor para hablar con los directores de las Bandas de Tarancón y Las Mesas, para decirles que cuando bajasen por el Escardillo tocasen alguna marcha, para que los viesen en sus pueblos, y yo me callaría para que se escuchase, junto al golpear de las horquillas.

Pero sucedió lo imprevisible. Esa tarde estaba solo en el improvisado estudio y narrando el “paso” del Cristo de la Luz mi voz resultó ininteligible, algo así como “el Cristo de los Espejosssrrr” y me quedé dormido unos minutos. Ni siquiera el realizador, que estaba abajo en la unidad móvil, se dio cuenta y me salvó que la Banda de Música de Tarancón comenzó a tocar y no es que me callase es que me quedé traspuesto. Me desperté cuando la Banda tomaba la curva y el sonido era más potente, pues las ventanas estaban abiertas.

Pero la cosa no quedó ahí, sino que la procesión se quedó un rato parada al llegar una ambulancia por Calderón de la Barca y el sonido de la sirena se escuchó por la televisión y a mi madre le llamó una vecina diciéndole que a lo mejor me había pasado algo. Yo no fui consciente ni de mi sueño ni del sonido de la ambulancia, porque además tenía otra dificultad añadida, ya que por los cascos me entraba la emisión de Radio 5. Cuando fui a la Catedral algunas personas me preguntaron si me había mareado…

Anécdotas muy curiosas, pero de todos esos años, ¿recuerdas alguna retransmisión que no te haya dejado buenas sensaciones?

Para mí los momentos más difíciles y complicados en lo que se refiere a la retransmisión de una procesión de Semana Santa fueron en 1997 y el Camino del Calvario de 2003. En 1997, el Miércoles Santo, día que se estrenaba el paso de La Negación de San Pedro, dimitió de manera irrevocable la Junta de Diputación de la Junta de Cofradías y a su vez los representantes de las Hermandades por el conflicto con los Caballeros del Santo Entierro. La noticia me llegó en plena retransmisión y sentí cierto pudor al ver solo al concejal del Ayuntamiento, que era Paulino Fernández. No estaba en la procesión el ente organizador y sí una representación municipal que parecía no tenía objeto. Y así en el resto de las procesiones de ese año.

¿Y no hubo forma de llegar a un acuerdo?

El obispo Del Hoyo intentó apaciguar los ánimos, recibiendo al presidente de la Junta de Cofradías, Manuel Calzada, pero fue en vano. Calzada declaró: “La dimisiones no van contra el obispo, sino contra el Cabildo de Caballeros”. El colmo llegó con la procesión del Santo Entierro, pues además de no desfilar la Junta de Cofradías, tampoco lo hicieron los guiones y estandartes y ni siquiera la Banda de Cornetas y Tambores, aunque sí lo hicieron los nazarenos anónimos de las diferentes hermandades como es costumbre.

Para más inri, en aquella procesión participó el director general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, que había venido a Cuenca a entregar el título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad, en un acto celebrado en la Diputación Provincial. Le pude entrevistar en la Catedral y me dijo que el “mejor Patrimonio de Cuenca eran los conquenses y de su Semana Santa los integrantes de todas las hermandades”. Fue un silencio de culpabilidad de todas las partes el de aquella silente procesión del Yacente que casi nadie entendía. El obispo manifestó que “la fuerza de la razón debe imponerse entre Caballeros y Junta de Cofradías”. Dos meses y medio después se llegó a un acuerdo y se reformaron algunos artículos de los Estatutos.

Citabas como mal recuerdo la procesión Camino del Calvario de 2003.

Las retransmisiones las seguíamos haciendo desde el antiguo Conservatorio de Música, hoy sede de la UIMP, que para mí era el mejor lugar al recoger las cámaras parte de la Puerta de San Juan, El Escardillo con su curva y la de la Audiencia, y su árbol del Amor, con la ancha calle de Palafox y el Puente de la Trinidad, incluso pudiendo captar el Calvario de la Majestad. Aquella madrugada la Hermandad de Jesús de las Seis cumplió con su amenaza de no salir. Se grabaron momentos de la salida y de la imagen de Jesús Nazareno en su capilla con la cancela cerrada con un candado. Comenzamos la retransmisión cuando el Guión de San Juan aparecía por la fuente de la Trinidad, con tres turbos delante, y mientras llegaba a la curva de la Audiencia realización puso las imágenes de la salida. Había mucha tristeza en mis palabras porque aquella procesión no era la del Camino del Calvario. Era un cortejo de tristeza…

Pero cuando vi en el monitor la imagen de Jesús con el candado y la cadena, me quedé tan perplejo como contrariado y se me notaba. (Hago un paréntesis porque tres años después en Madrid, en una parada de autobús en Plaza Castilla, salió a relucir Cuenca y la señora que estaba a mi lado me dice: “Qué bonita ciudad. Fui allí con la familia de Fernando Muñoz y vi a “Jesús Encadenado”, que lo encierran en Viernes Santo”. Me quedé perplejo y se lo tuve que explicar)

Una procesión tan distinta a lo que significa el verdadero Camino del Calvario.

Esa fue la retransmisión más difícil que hice, aunque luego con la marcha de San Juan y la figura del Evangelista de Marco Pérez y el respetuoso silencio de la Soledad de San Agustín recobré el ánimo nazareno que impregna esta procesión de los contrastes a la que le faltaban las turbas y sobre todo las imágenes de Jesús Nazareno y la Caída con la Verónica. Cuando llegaba a casa, aún con el disgusto, me encontré de frente con Gustavo Torner, que me dijo: “Te he estado escuchando y tienes toda la razón. Cuenca y su Semana Santa, de larga tradición, no merecían que el Jesús no haya salido”.

En esos años hubo varias incorporaciones con recuperación de pasos.

El dato más relevante fue que en 1996 salió por vez primera la procesión de la Vera Cruz con la patética imagen del Crucificado y las palabras del obispo Guerra Campos, emitidas por Tele-Cuenca en noche de fina lluvia. En 1997 se incorporaron los pasos de la Negación de San Pedro el miércoles y El Auxilio de Nuestro Señor Jesucristo el Jueves Santo, ambas obras del escultor conquense Vicente Marín y en 2000 el Bautismo de Antonio Dubé de Luque, que suplía al “paso” del citado Marín.

Conviene resaltar, José, que en aquella televisión local había muchos jóvenes con mucha ilusión, verdad?

Con muchas ganas, pues algunos alternaban la televisión y el periódico. Creo que fue una buena Escuela, y gracias a Dios que luego llegó la Facultad de Comunicación al Campus de Cuenca. Me gustaría Paco citar a aquellos jóvenes compañeros y compañeras embarcados en aquella aventura televisiva en Cuenca, como realizadores, cámaras, operadores, etc., muchos de ellos que forman parte de los distintos medios informativos conquenses e incluso nacionales:

Alberto Sánchez, Manuel Martínez, Alberto Bermejo, Juanra Fernández (nuestro flamante director de cine), Natalia Gómez, Antonio Angulo, Sebastián Martín, Alejandro Tamargo, Mayte Vado, Félix Leal, Jesús Zanón, Pilar Olivares, Miguel Ángel Ramón, Esther Palenciano, Juan Manuel, Trinidad Saiz, Juanma Lorente y Carlos Iserte, también presentadores), María José Navalón, Javier Semprún y Luis del Valle, entre otros…

Jóvenes periodistas, cámaras, realizadores, operadores del Grupo El Día en 1996.

Jóvenes periodistas, cámaras, realizadores, operadores del Grupo El Día en 1996. / Mundo Cofrex

Jóvenes periodistas, cámaras, realizadores, operadores del Grupo El Día en 1996.

Jóvenes periodistas, cámaras, realizadores, operadores del Grupo El Día en 1996. / Mundo Cofrex

Y cómo no, la dirección de Patricia Mateo y el total apoyo del presidente del Grupo El Día, Santiago Mateo, recientemente fallecido, y Ana Anula, la verdadera impulsora de aquel trabajo en pro de la Semana Santa como lo fueron las retransmisiones y el programa Banzos y Capirotes que tuve la satisfacción de presentar.

Telecuenca desapareció y desde 2016 he colaborado con Castilla La Mancha Media en las retransmisiones en directo de la procesión Camino del Calvario, junto a Trinidad Saiz, que es un cielo de periodista y persona, con la excepción hecha de dos años de pandemia, otros dos de lluvia y uno en el hospital. También con muchas anécdotas. Con la 2 de TVE en 2017, pude decir una frase mía que tanto le gustó al director del programa y de la misa dominical Juan Carlos Ramos.

Por la calle del Peso, el “paso” pasa, con qué peso, y a qué paso en rítmica pisada a golpe de horquilla, con los esforzados banceros pasando de pasada, midiendo andas y banzos entre paredes recortadas y piedras que, si hablaran, lo harían de procesiones.

¿Y este año, qué?

Pues si el tiempo no lo impide ni otra circunstancia, volveré a estar con Trini en la procesión Camino del Calvario en directo en la madrugada del Viernes Santo.

 

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