Toledo, el cerebro renovable de Iberdrola: así funciona el CORE que monitoriza instalaciones en todo el mundo

En pleno corazón de Castilla-La Mancha, a pocos metros del Casco Histórico de Toledo, se encuentra una de las piezas clave en la estrategia global de transición energética de Iberdrola: el Centro de Operación de Energías Renovables, conocido como CORE. Desde este centro neurálgico se supervisan, en tiempo real, todas las instalaciones renovables que la compañía tiene repartidas por el mundo.

Este centro, que comenzó su actividad en 2003, cumple ya 22 años operando sin interrupciones. Y no es casualidad que se eligiera Toledo como su sede. La elección respondió, aseguran desde la compañía, a una doble apuesta: por un lado, el compromiso que aseguran tienen con Castilla-La Mancha como región estratégica para el desarrollo renovable; y por otro, su ubicación privilegiada cerca de Madrid, combinando lo mejor de una ciudad histórica con el impulso de la innovación tecnológica.

"Toledo es el ejemplo perfecto de cómo historia y vanguardia pueden ir de la mano", nos cuenta Amelia Rodríguez, responsable de Renovables de Iberdrola en la región, durante una entrevista en 'La Ventana de Castilla-La Mancha'.

Un equipo de alto nivel

En la actualidad, el CORE emplea a más de 60 profesionales altamente cualificados, divididos en dos grandes áreas: sistemas y operación. Ingenieros informáticos, de telecomunicaciones, analistas de datos, técnicos en energía, electrónica o informática trabajan las 24 horas del día para asegurar el funcionamiento de más de 400 parques eólicos y plantas fotovoltaicas repartidas por varios continentes.

Esta infraestructura no solo garantiza la eficiencia energética de la compañía, sino que también representa un motor de empleo cualificado y desarrollo tecnológico para Castilla-La Mancha, apuntan. Algo a destacar en una tierra tradicionalmente asociada al medio rural.

Castilla-La Mancha, una potencia renovable en sí misma

La presencia del CORE en Toledo es solo la punta de lanza del papel protagonista que está jugando la región en la transición energética, asegura Rodríguez. Sirve como ejemplo que en el primer trimestre del año, Castilla-La Mancha fuese la comunidad con mayor volumen de potencia renovable autorizada en España, con 17 nuevos proyectos que suman más de 1.100 megavatios, en su mayoría de energía fotovoltaica.

Más allá de la producción energética, las renovables están generando empleo, actividad económica y oportunidades en zonas rurales en riesgo de despoblación. Municipios como Higueruela (Albacete) son ya casos de éxito, donde los ingresos generados por los parques eólicos han permitido abrir una residencia de mayores, crear empleo local y ofrecer servicios que fijan población.

"Nuestro compromiso con Castilla-La Mancha es firme. Llevamos aquí desde finales de los 90 y vamos a seguir apostando por la región, tanto con nuevas instalaciones como reforzando nuestra estructura operativa en el CORE"

—  Amelia Rodríguez, responsable de Iberdrola Renovables en Castilla-La Mancha

Mientras tanto, el CORE de Toledo sigue cumpliendo su misión silenciosa pero esencial: ser el gran ojo digital que garantiza que miles de aerogeneradores y paneles solares funcionen con precisión milimétrica. Para esta compañía, un símbolo de cómo una ciudad milenaria puede liderar la revolución energética del siglo XXI.