Ley de Murphy: Todo lo que pueda ir mal, irá mal...o aún peor

Ciudad Real

No podía haber empezado peor la semana, ayer nos levantamos con la noticia del fallecimiento del Papa cuando ya no lo esperábamos, después de haberlo visto anteayer en la Plaza de San Pedro impartiendo la bendición Urbi et Orbi.

Recuerdo que hace unas semanas, cuando estaba ingresado muy grave, decíamos con mis amigos: lo que faltaba, ahora se muere el Papa y ya tenemos la total, pues coincidió con la toma de posesión de Donald Trump y sus desvaríos, su alianza con Putin y Netanyahu, el auge de la extrema derecha a nivel mundial, incluyendo Europa, la guerra en Ucrania, el genocidio en Gaza. Temíamos que el sucesor de Francisco no siguiera la línea que ha marcado en sus doce años de pontificado, pues incluso en la Iglesia, tenía muchos detractores. Pero se recuperó y respiramos aliviados.

Y es que el Papa Francisco ha sido un firme defensor de la la protección de la dignidad humana, de los derechos de refugiados y de inmigrantes, de la protección del medio ambiente y de la promoción de los Derechos Humanos y de la Democracia. Y ahora nos deja en unos momentos de grandes cambios, incluso aquí en Europa, donde se habla de rearme y de controlar la inmigración y con la proliferación de partidos de extrema derecha, anti inmigración y negacionistas del cambio climático.

Recuerdo cuando el Papa visitó el Parlamento Europeo en Estraburgo hace ya más de 10 años y nos conquistó a todos con su discurso, diciendo que quería envíar un mensaje de aliento y esperanza a todos los ciudadanos de Europa, señalando que “la dignidad fue el concepto fundamental en la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial y elogió el hecho de que la promoción de los Derechos Humanos sea central en el compromiso de la UE para defender la dignidad de la persona”.

Terminó diciendo que tenemos la responsabilidad de mantener viva la democracia para los pueblos de Europa. Espero que podamos cumplir este deseo del Santo Pontífice.

Ahora a rezar, para que el nuevo Papa, el que salga elegido en el Cónclave, sea de la línea de Bergoglio y no de la rama ultraconservadora de la Iglesia, porque es lo que nos faltaba.

No sé si volver a ver la película Cónclave o mejor no, porque es premonitoria, aunque es del año pasado; para los que no la vieron, se trata de una historia que comienza con la muerte repentina del Papa de un ataque cardíaco e inmediatamente, el Colegio Cardenalicio se reúne en Roma para elegir a su sucesor. Lo que pasa después, las intrigas y todas las maniobras para designar al Papa, mejor que no se hagan realidad en los próximos días. La película es excelente; pero no sé si es el momento apropiado para verla ahora.