Subrayar los libros

Talavera de la Reina

Un lápiz. Un bolígrafo. Un rotulador. Siempre he subrayado los libros. Y nunca me ha importado con qué. Tengo amigos que creen que marcar un libro es casi una herejía, un daño irreversible sobre ese papel que guarda las palabras de otro. Pero subrayar es señalar el momento exacto en que una frase nos atraviesa, nos sugiere algo, despierta el deseo de seguir buscando. Es dejar una huella, una conversación silenciosa entre el lector y el autor. Subrayar es hacer ese libro un poco más mío.

Tengo un ejemplar de Las Horas, de Michael Cunningham. No recuerdo bien dónde lo compré, ni siquiera por qué lo hice. Pero, a veces, hay libros que llegan para dar sentido, para poner palabras, para explicar y explicarnos. Está subrayado. Muchas veces. Con diferentes tintas. En distintos momentos de mi vida he vuelto a él y he subrayado sobre lo ya marcado. He descubierto palabras nuevas. Y me he preguntado por qué subrayé eso la primera vez que lo leí.

Hoy es el Día del Libro. Aprovechemos para perdernos entre las estanterías de las librerías de nuestra ciudad. Un refugio, una trinchera. Como decía Almudena Grandes: “Leer es resistir”. Leamos. Resistamos. Subrayemos.