Rober Gutiérrez se despide del Conquense tras cerrar una etapa histórica marcada por el ascenso y la Copa del Rey

Cuenca

Visiblemente emocionado y con un discurso donde no quiso olvidarse de nadie, Rober Gutiérrez confirmaba este martes su adiós a la Unión Balompédica Conquense tras tres temporadas al frente del banquillo. Un ciclo que deja como legado el ansiado ascenso a Segunda RFEF y una histórica participación en la Copa del Rey que quedará grabada en la memoria del aficionado blanquinegro con el partido ante la Real Sociedad con un estadio lleno hasta la bandera como nunca se había visto en la nueva Fuensanta.

Arropado por la directiva actual, encabezada por el presidente Alberto Asensi, el ex presidente Alberto Mayordomo, gran parte de la plantilla y trabajadores del club, Rober se despidió con la gratitud de quien ha dado todo y el cansancio de quien ha recorrido un camino exigente. Junto a él, también se despiden el preparador físico Jesús Rubia y el segundo entrenador Mario Cartagena, poniendo fin a una etapa marcada por la entrega, la profesionalidad y el amor por los colores conquenses. Tampoco seguirá el fisio Sergio García, aunque él por otros motivos.

En su comparecencia ante los medios, Rober confirmó que el club había intentado su renovación, pero que su decisión estaba tomada desde algún hace tiempo.

Con su marcha, se cierra un ciclo de ilusión y entrega y se abre una etapa de incertidumbre. El club deberá tomar decisiones clave: quién será el nuevo técnico, qué jugadores continuarán, y cómo se afrontará el futuro económico. El presidente Alberto Asensi fue claro: si no hay apoyo institucional o concesión del estadio de La Fuensanta, el club no podrá mantener la plaza en Segunda RFEF y tendrá que competir en Tercera.