Una feria del libro en busca de mayor impulso institucional

Talavera de la Reina

Ojalá pudiera medirse el dolor humano con números claros y no con palabras inciertas. Ojalá hubiera una forma de saber cuánto hemos sufrido, y que el dolor tuviera materia y medición”.

Con estas palabras comienza Ordesa, el libro que Manuel Vilas publicó en 2018. El de Barbastro ha sido el autor más destacado en la 37ª edición de la Feria del Libro, que comenzó el pasado miércoles y se prolongará hasta el próximo sábado.

Este año, la feria ha apostado por un enfoque más inclusivo y social, con el objetivo de acercarse a los lectores más jóvenes y de abrir espacios para colectivos tradicionalmente menos visibles en este tipo de eventos.

Organizaciones como ADACE CLM, dedicada a personas con daño cerebral, y la ONCE, han demostrado que la cultura también puede ser una herramienta de inclusión. Estas iniciativas acercan el libro a realidades diversas y necesarias, y confirman que la lectura no tiene un único formato ni un único público.

Sin embargo, se percibe una notable falta de impulso institucional. La feria necesita mayor respaldo por parte de la administración para alcanzar la repercusión que una ciudad como Talavera merece. Aunque el enfoque inclusivo es un paso en la dirección correcta, es imprescindible consolidar la feria como un evento cultural de referencia y no como una cita aislada en el calendario.

La cultura debe ser accesible, continua y visible. Y eso exige un compromiso que vaya más allá de una semana al año.