Eres cómplice de genocidio y lo sabes

Toda España, sin excepción, población y gobierno incluidos, llevamos 20 meses contemplando el genocidio del pueblo palestino en Gaza prácticamente sin inmutarnos.

Estados Unidos financia y apoya al estado de Israel de manera directa y contundente. Europa también financia y apoya el genocidio, aunque sin alardear: usando otro lenguaje y mirando para otro lado sin hacer nada distinto, porque ningún país europeo ha roto sus relaciones con Israel y sigue comerciando con el gobierno genocida de Netanyahu con más intensidad que antes del 7 de octubre de 2023.

El ciclo que vivimos en España de desmovilización social de la izquierda con el consecuente crecimiento de la extrema derecha, está haciendo que las manifestaciones y protestas contra el genocidio y sus cómplices, ya sea por acción o inacción, no sean tan masivas como lo fueron en su día las movilizaciones contra la guerra de Irak o las del 15M. El individualismo campa a sus anchas y la mayoría de la gente solo nos miramos nuestro propio ombligo.

La ciudadanía solidaria en España lleva más de un año y medio organizando protestas en las calles, pero ningún partido político mayoritario las apoya activamente. Las acampadas universitarias del año pasado, aunque no fueron reprimidas en España como sí ocurrió en otros países, no han conseguido en muchos casos (como en el de Castilla-La Mancha, sin ir más lejos) que la propia Universidad pública regional rompa relaciones académicas con Israel.

Las encuestas en España muestran un rechazo casi transversal al genocidio palestino que perpetra Israel con total impunidad gracias a la inacción de Europa.

Pero contemporizar durante tanto tiempo como país termina por banalizar y legitimar nuestras inacciones ante esta masacre. Me refiero a todo tipo de inacciones: las individuales, las colectivas y las institucionales ante el que será el primer genocidio de la historia retransmitido en directo.

Y digo el primero en ser contemplado en directo pasivamente, porque habrá otros. Nuevos exterminios de pueblos enteros cada vez que interese a ciertos estados y grupos de poder. Porque una vez que se verifique que el Derecho internacional humanitario es realmente papel mojado, que los genocidas no solo gozan de impunidad sino que quienes protestan apelando a ese Derecho resultan ser los criminalizados -a la par que los asesinos se presentan como víctimas-, entonces ya todo estará perdido.

En un futuro cercano tendremos inevitablemente que preguntarnos dónde estábamos y qué hicimos cada una de nosotras cuando se exterminó al pueblo palestino. Porque cuando se produzcan los siguientes exterminios, más cerca de lo que imaginamos, entonces nos daremos cuenta de que lo que hoy nos parece lejano y pensamos que no va con nosotros, fue posible por nuestra complicidad. Y entonces será demasiado tarde.

alb