Mercadillo pijo

Talavera de la Reina

Produce cierto sonrojo leer según qué noticias referidas a nuestra ciudad. El uso de palabras grandilocuentes y superlativas para referirse a cualquier cosa que hace el gobierno municipal, por insignificante que sea, es algo que roza el ridículo.

Sin ir más lejos, cuando se refieren a la recuperación de la FIAGA, da la impresión de que es un hito histórico de tal magnitud que deberíamos besar el suelo que pisan nuestros dirigentes locales.

Pero los que ya tenemos años y memoria, recordamos perfectamente cómo era y las dimensiones de la antigua FIAGA y desde luego, a su lado, lo de ahora, no pasa de ser un mercadillo pijo con más pretensiones que alcance verdadero.

En cualquier caso, hay que aplaudir la iniciativa de recuperar un evento que fue tan importante para nuestra ciudad. Para algo que hacen, es obligado reconocerlo.

Otra cosa son las ferias. Y es que no hay un charco que no pisen, la verdad. Ahora les da por cambiar los horarios de cierre de una parte de las casetas, y sinceramente no sabemos a qué se debe esta decisión. El caso es que hay hosteleros muy enfadados, y no sin razón, porque ahora pagan igual que todos, pero con horario más corto. Increíble.

Todo parece moverse en torno al capricho del concejal o la concejala de turno por darse notoriedad y parecer que hacen algo. Miren, llegados a este punto, dedíquense a hacerse las fotos de rigor, que se les da muy bien, y no molesten.

Gracias a la humana providencia, la feria de Talavera está tan arraigada en nuestros genes, que ni estos, ni nadie, serán capaces de cargárselas.

¡Feliz feria paisanos! Y a disfrutar, que lo merecemos.