No normalicemos el abuso

Toledo (Toledo)

Últimamente, como abogada y trabajadora, me encuentro con una preocupante cantidad de abusos laborales: salarios injustos, jornadas extenuantes, acoso por parte de los superiores, un ambiente de trabajo hostil… Y todo esto, ¿para qué? ¿Por qué seguimos normalizando estas situaciones?

Parece increíble que todavía no se entienda lo fundamental: un trabajador satisfecho con su sueldo, sus condiciones laborales y el clima en su empresa no solo será más productivo, sino que también contribuirá a un entorno más saludable y estable. Un empleado que se siente valorado no querrá marcharse, evitando así a la empresa el costo de nuevos procesos de selección y la pérdida de tiempo en formación.

Nos guste o no, nuestros compañeros de trabajo y responsables son, en muchos casos, nuestra segunda familia. Pasamos más tiempo con ellos que con nuestros padres y hermanos, lo que hace aún más necesario que el entorno laboral sea digno, respetuoso y equilibrado.

Por eso, hago un llamamiento para que entre todos transformemos ese lugar llamado trabajo -al que acudimos por necesidad más que por vocación- en un espacio lo más agradable posible.