Y que por lo visto 24.0

Talavera de la Reina

Y que, por lo visto, ni con las manos hacia arriba ni con las manos hacia abajo ha conseguido Perro Sánchez que nos voten en Eurovisión.

Les supongo al tanto del fracaso en este concurso que es de canciones, pero que la habilidad de los neorrancios ha convertido en santo y seña del éxito como país. Eurovisión es un espectáculo televisivo donde la sensación de tongo es muy parecida a la de aquellos combates en los que vencía Urtáin.

No sé qué pasará en otros países, pero en España, en los últimos años, hemos convertido a los cantantes que nos representan en reencarnaciones de Hernán Cortés a la conquista de México. Haga memoria y convenga conmigo que solo los muy cafeteros serían capaces de tararear la canción que ganó el año pasado. El espectáculo se desvanece a las pocas horas de terminado. Bueno, menos en España, que nos gusta hacer el ganso.

Al fracaso de Melody han acudido como moscas a la miel, los eruditos a la violeta para hacer cabalísticas argumentaciones sobre Perro, Israel, la ideología woke y dos huevos duros. Ni caso. Les da lo mismo un problema real como el apagón eléctrico que una tontuna como el Festival de Eurovisión. Y lo que llevo peor: el sistema de votación popular es un sistema clasista donde el que tiene dinero vota más.

Como quiera que dato mata al relato tontorrón, ahí les dejo la media del lugar ocupado por España en los diez últimos años: el puesto 21, siendo el puesto número 3 de 2022 el más alto y el puesto 26 en 2017 el más bajo.

¿Quiénes ocuparon estos puestos? Pues Chanel por arriba y el pobre de Manel Navarro por abajo. Les aconsejo que duerman tranquilos. España no se hunde.

Vamos, circulen.