"En nuestro país las agresiones contra personas LGTBI+ casi se han triplicado en el último año"
'Orgullo o vergüenza', la firma de opinión de la investigadora y catedrática de Trabajo Social de la Universidad de Castilla-La Mancha, María José Aguilar

'Orgullo o vergüenza', la firma de María José Aguilar
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En pocos días comienza el mes del orgullo. Junio es el mes del año en que se presta especial atención a la emancipación, el respeto y reconocimiento de derechos de las personas gays, lesbianas, bisexuales, transgénero, transexuales, queer, intersexuales y asexuales. Un colectivo habitualmente nombrado por las siglas LGTBI+.
Hace años que, en España, venimos presumiendo de ser uno de los países más avanzados en materia de reconocimiento de derechos de este colectivo. Comparado con otros países es así sobre el papel. Pero si nos fijamos en la evidencia inapelable de los datos, la realidad es que en nuestro país las agresiones contra personas LGTBI+ lejos de disminuir se han casi triplicado en el último año. El porcentaje de personas del colectivo que han sufrido agresiones físicas o verbales ha pasado del 6,8% en 2024 al 16,25% en 2025. Son más de 812.000 las personas agredidas, de un colectivo de cinco millones de personas que representa más del once por ciento de la población.
El pasado 17 de mayo, Día Internacional contra la LGTBIfobia, se presentó el informe sobre el estado del odio contra personas LGTBI+ de 2025.
Además de los datos de acoso en forma de insultos, aislamiento social o coacciones del entorno, la discriminación en el empleo, en el acceso a servicios o a la vivienda, alcanza a más de una cuarta parte, concretamente a 1.282.500 personas, siendo las que tienen entre 25 y 34 años quienes están más expuestas a la discriminación (un 36 por ciento) y a la agresión (casi un 30 por ciento).
Los espacios públicos cada vez son más inseguros, porque la mayor parte del acoso y las agresiones se producen a la vista de todos, en la calle y en los centros educativos. El acoso, las agresiones y la discriminación son más elevadas en zonas de menos de 10.000 habitantes.
Y estos son los datos declarados y registrados mediante denuncias, pero si tenemos en cuenta la infradenuncia y la ocultación de casos, el número de agresiones se estima que afecta a casi la mitad de la población LGTBI+. El motivo principal para no denunciar es el miedo a no ser creído. Aparte de que un tercio de quienes denunciaron, confiesan que el proceso de denuncia les resultó tan traumático como la agresión sufrida.
La percepción social es que la discriminación va a peor, lo mismo que la violencia física y los discursos de odio. Crece la desconfianza en las instituciones, especialmente en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de las que cada vez se cree menos que ayuden a evitar la discriminación.
Por eso hoy, deberíamos preguntarnos si este mes de junio de 2025 podemos sentirnos orgullosos como sociedad, o si deberíamos sentir vergüenza por incumplir, cada vez con mayor intensidad, lo que nuestra legislación establece.
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Hoy por Hoy Albacete (26/05/2025)




